Barracones con parquet

La escuela pública se está poniendo de moda y eso ha obligado a las administraciones a arremangarse en la construcción de nuevas instalaciones. "Ha sido un verano de mucho trabajo y, en particular estas dos últimas semanas, que van a ser de actividad muy intensa", comenta Toni Garcia Salanova, responsable del área de Equipamientos en el Consorci d'Educació, el organismo participado por el ayuntamiento y la Generalitat que gestiona y planifica los servicios educativos en Barcelona. En el solar de la calle Consell de Cent que hasta hace dos cursos ocupó el colegio Els Encants (ahora ya en un edificio definitivo) han vuelto a colocarse este agosto módulos prefabricados. Allí estará, al menos durante unos años, la nueva escuela Cartagena. La solución de los barracones, insiste Garcia Salanova, es provisional, mientras se consigue presupuesto y se busca un espacio dentro de la densa trama urbana del Eixample para construir el equipamiento escolar definitivo, de obra nueva.

Este curso 2017-2018, habrá en las escuelas catalanas un total de 1.017 barracones, siete más que el año pasado, "pero de los 15 centros que se estrenan nuevos en Catalunya, solo 11 estarán íntegramente conformados por módulos", detalla el secretario general de Ensenyament, Lluís Baulenas. No es casualidad que seis de ellos estén en Barcelona, donde resulta más complicado encontrar solares que reúnan las condiciones necesarias. "Y hay que ajustarse también a las disponibilidades económicas -puntualiza Garcia Salanova-, porque las obras de cada escuela cuestan entre 4,5 y 5 milllones de euros".

Salvo el colegio Anglesola, que se ubicará en la antigua biblioteca de Can Rosés -en Les Corts, rehabilitada también este verano-, las escuelas Eixample 1, Eixample 2, Gràcia, La Flor de Maig y la ya citada Cartagena se ubicarán en aularios prefabricados. También el instituto Martí Pous. "Pero es que los actuales módulos no tienen nada que ver con los viejos barracones de chapa, aquellas casetas de quita y pon que algunos recuerdan de tiempos pasados", subraya Baulenas.

Las que serán este año las nuevas instalaciones del colegio Cartagena tienen suelo de madera, aire acondicionado, grandes ventanales abiertos a la zona de patio y aulas espaciosas, diseñadas a medida de las peticiones y los deseos del equipo de maestros que va a trabajar en ellas este curso. "Son unos módulos de alta calidad, con unos acabados que ya querrían tener algunos colegios de obra", defiende Óscar Ponseti, delegado en Catalunya de la empresa Algeco, que importa los módulos de Francia.

Cuando lo provisional se eterniza

Si el año que viene hay que añadir tres aulas más al colegio, "los pabellones se instalarán encima de los actuales, como un segundo piso, unidos con una escalera", explica. El problema es cuando esta situación de provisionalidad se eterniza y hay que ingeniárselas para colocarlos sin restar superficie de la zona de patio.

Con todo, vuelve a insistir Garcia Salanova, "hay alguna escuela de reciente creación en la que las familias están tan satisfechas con las condiciones de estos módulos, que la asociación de padres ya nos ha hecho llegar que no les importa si sus hijos siguen como hasta ahora", explica.

De los 13 centros educativos públicos inaugurados entre el 2007 y el 2016 en la ciudad de Barcelona, cinco seguirán ocupando este curso barracones. En cuatro casos (los institutos Viladomat y Maria Espinalt, y las escuelas Entença y La Sagrega), se trata de equipamientos educativos que tienen uno o dos años de existencia. El quinto es el colegio de La Maquinista, abierto el 2008 y en el que hay 19 clases de educación infantil y primaria en módulos. El ayuntamiento anunció, el pasado marzo, que el tema está ya en vías de solución.