PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

Cooperativas: memoria obrera y utilidad

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Cristina Savall / Barcelona

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La cohesión vecinal, la identidad de un barrio, el compañerismo, la defensa de los derechos de los obreros y las ventajas sociales y económicas de la autogestión propiciaron el auge de las cooperativas en la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del XX, especialmente en la Barceloneta, el PoblenouGràcia y Sants, las zonas con mayor población proletaria décadas después del estallido de la revolución industrial.

Tras la recuperación de la centenaria la Lleialtat Santenca, ahora el Ayuntamiento de Barcelona está a punto de culminar la adquisición de la cooperativa Segle XX, ubicada en un inmueble de la calle de Ginebra, en el barrio marinero, que lleva años abandonado. "A finales del 2014, Filodomos SL, la empresa propietaria, interpuso un recurso contra el jurado de expropiación y el precio fijado, que ya se encuentra en vías de resolución", asegura un portavoz de la sede del distrito. Si llegan a buen término las negociaciones, los vecinos de la Barceloneta dispondrán de un nuevo equipamiento público en este edificio histórico.

Motores culturales

"Las cooperativas también fueron espacios de encuentro y motores culturales entusiastas, que promovieron la música, el teatro, la literatura, la enseñanza y el excursionismo", explica Antonio Alcántara en un ensayo dedicado a las cooperativas obreras. Por ello, muchas de ellas contaban con salas y plateas que se han adaptado como un guante a la transformación en teatros. Es el caso de los inmuebles de Teixidors a Mà de Gràcia, que hoy es la sede de Teatreneu, en la calle de Terol; de la otra la Lleialtat, la de la call dele Montseny, donde se encuentra el actual Teatre Lliure de Gràcia, y de la cooperativa Pau i Justícia, del Poblenou, reconvertida en la Sala Beckett. Otras de estas asociaciones albergan ahora biblotecas de barrio, como la Fraternitat de la Barceloneta. 

Ivan Miró, investigador en economía solidaria y el sociólogo Marc Dalmau, ambos miembros de la cooperativa la Ciutat Invisible, son autores de tres libros dedicados a las cooperativas de Sants, el Poblenou y la Barceloneta, porque, para ellos, el cooperativismo es una historia que fue sepultada por 40 años de dictadura y 30 más de democracia desmemoriada. "Por justicia con aquella economía fraternal y solidaria, forjadora de la identidad popular, así como para promover el nacimiento de experiencias futuras, es imprescindible recuperar el pasado cooperativista de Barcelona", argumentan en la web de la Ciutat Invisible, desde donde organizan itinerarios para descubrir dónde se encontraban estas entidades.

"Investigando para una exposición sobre la memoria cooperativa descubrimos la verdadera ubicación de la Lleitat Santenca, que estaba olvidada bajo otra identidad, y contribuimos a su recuperación junto a otras entidades vecinales y la cooperativa de arquitectos la Col", informa Miró.

Itinearios guiados

De Sants, destacan las cooperativas que crecieron alrededor de la Espanya Industrial, sociedad algodonera fundada por los hermanos Muntades en 1847, que "llegó a ser la fábrica textil más importante de España con más de 1.500 trabajadores". En sus terrenos se construyó el parque urbano cercano a la estación de Sants. El Poblenou congregó desde 1870 hasta1939 cerca de 20 cooperativas de consumo, como Pau i Justícia, la Flor de Maig, l'Artesana, la Magnòlia y el Jardí. Y de la Barceloneta, también mencionan el Centre Cooperatiu de Pescadors, que estuvo activo desde 1901 hasta 1979.