El pregón de Gràcia zurra a los turistas incívicos

El periodista Roger de Gràcia, hijo del carismático distrito de Barcelona y que además así se apellida, y la actriz Agnès Busquets, su pareja, padres de Pep y vecinos de la república independiente proclamada el año pasado por su antecesora Imma Sust, han entusiasmado este lunes con el pregón del bicentenario de la Festa Major de Gràcia, un texto muy irónico sobre la gentrificación, la subida de los alquileres, el incivismo y las manadas de turistas que estos días visitan el barrio atraídos por el desenfado, la música, los bares abiertos hasta la madrugada y los cientos de selfis que se hacen por las calles disfrazadas.

En honor a Jaume Sisa, De Gràcia, famoso cazador de palabras, citó la célebre letra de ‘Qualsevol nit pot sortir el sol’ ante unas 500 personas congregadas en la plaza de la Vila de Gràcia, llena de pancartas de protesta ante la pérdida del espacio público y contra la masificación y sus consecuencias. "Hola turista, casa meva és casa vostra si és que aquí encara algú hi pot tenir una casa amb lo cares que les posen des que les compreu vosaltres". Y Busquets lo tradujo libremente al francés: "Monsieurs i madames les guiris, pas fer la pipi a la rue, se pas jolie, ruayominí trois pua". Al italiano: "Carissimi, piano piano, si va lontano i si troba un water per fare la pipi…". Y también al ruso.

Café con leche con sangría

Tras las risas del público, Busquets, la Mònica Terribas, Carme Ruscalleda y Alicia Sánchez-Camacho de ‘Polònia’, propuso que en el aeropuerto se repartan 'flyers' a los visitantes con consejos prácticos: "Don’t mix cafè amb llet i sangria, or you’ll become a little bit crazy! And with cagarrines. Samarretes!! put it ! We don’t want to see your mugrons rosats socarrats. The best horari to see the city. De 13 a 15! There’s nobody and you will enjoy the sun! Gaudí, is maybe sobrevalorat…. ui sí , trencadís, littlebroken! go to refugis antiaeris…or… visit beautiful Lleida", sugirieron los dos.

La actriz insistió en que se debe de cuidar el pequeño comercio, tan cómplice del barrio. "Que no acabemos siendo un barrio franquicia, donde los trabajadores cobran una miseria y les importa un pito a quién tienen delante. Que les dices, 'bon dia, unes mitges'… y responden: 'No te entiendo, háblame en castellano…' Habla tú si quieres, o en inglés, pero haz un esfuerzo hija mía, ¡que estás en Catalunya! ¡En Gràcia! ¡Que esto no es el Born! ¿Por qué no lo es, no? ¡No queremos que lo sea!". Y ahí toda la plaza aplaudió y saltó gritando "¡noooooo!"

El director y presentador del magacín de tarde de Catalunya Ràdio, ‘Estat de Gràcia’, prosiguió en la misma línea crítica. "Una cosa os pedimos a los del centro de la ciudad: devolvednos las bicis del Bicing. Propongo que a cambio os regalemos entradas gratuitas para acariciar gatos. Ey, que después del barrio de Shibuya en Tokio somos el distrito con más bares para acariciar gatos del mundo. Tenemos dos", informó De Gràcia.

Antiviolencia sexista

La fiesta, según él, debe de ser pacífica e igualitaria, "donde hombres y mujeres puedan pasarlo igual de bien", en clara referencia al mensaje que divulgó Sust justo hace un año cuando pidió unas fiestas libres de violencia sexista. Y entonces Busquets exhibió sus dotes de imitadora con la voz y las palabras de la anterior pregonera: "Si dos, tres, o más personas quieren tener sexo, adelante, pero cuando una no quiere, estamos hablando de un delito".

La violencia sexista es un tema especialmente sensible al que también hicieron referencia Janet Sanz, quinta teniente de alcaldía, en representación del Ayuntamiento de Barcelona, y el concejal del distrito de Gràcia, Eloi Badia. "Queremos una fiesta libre de violencia machista", dijo Sanz. "Y que sean un ejemplo para la ciudad", agregó el edil.

En el pregón no faltaron alusiones a los supermercados biológicos, a los Condis que salen como setas, al elevado precio de un cortado en una terraza de la plaza de la Virreina, a los continuos cambios de dirección de las calles del barrio, al asociacionismo, a la invasión de terrazas en las plazas y a los niños que no pueden jugar en ellas. Los aplausos no faltaron.