Caen 27 especialistas en robar relojes de hasta 100.000 euros a turistas de Barcelona

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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Barcelona, que cuenta con una nutrida diversidad de carteristas, ha visto crecer en los últimos meses la población de 'relojeros'. Estos ladrones, especialistas en robar relojes de gama alta que engalanan la muñeca de los turistas más adinerados, son "veinteañeros de origen argelino que cambian de ciudad europea constantemente", explica el inspector de los Mossos d’Esquadra Pere Pau Guillén

"Cuando le echan el ojo a un reloj, tiene que ser suyo". Y no se fijan en cualquier reloj, van a por ejemplares que pueden permitirse muy pocas personas. Las marcas que se detallan en las denuncias policiales son Richard MilleAudemar PiguePatek PhilippeHublotRolexHermesCartierPanerai o Ulysse Nardin. Muchos de estos 'pelucos' valen más de 100.000 euros.

27 LADRONES DETENIDOS

Los Mossos notaron el repunte de estos robos en octubre y el Grupo de Multirreincidentes recibió el encargo de investigarlo. Desde entonces, han arrestado a 27 de estos ladrones y 14 de ellos ya han ingresado preventivamente en la cárcel. Esta presión policial ha logrado contener el incremento. Pero no erradicarlo, porque se trata de una modalidad delictiva intrínseca a la presencia de turistas de altos vuelos en la ciudad. 

En Barcelona los 'relojeros' buscan a sus víctimas por las inmediaciones del paseo de Gràcia. Dentro de los grandes hoteles y de los restaurantes más caros. Hacen "un trabajo previo" exhaustivo para identificar a su objetivo. Cuando lo localizan, y tras cerciorarse de que la pieza merece la pena, intentan quitárselo "habilidosamente" sin que la víctima se percate. Pero si fallan, y esta se entera, no dudan en sacar la navaja para intimidarla. Por eso 14 han entrado en prisión, porque al actuar con violencia el hurto se convierte en robo violento y la gravedad del delito se dispara. 

Están tan interesados en los relojes de gama alta porque "pueden revenderlos sin ningún problema". El Código Penal solo impone, "como máximo", una pena de dos años de prisión a los receptadores (las personas que compran material robado a los ladrones). Eso es algo que debería "cambiar", denuncia el inspector Guillén. En este caso, los relojes iban a para a Oriente Medio. 

Los Mossos han informado a las casas oficiales del número de serie de cada ejemplar sustraído. Esto significa que los nuevos 'dueños' no podrán repararlos en lugares regulados. Esto reduce sensiblemente lo que se paga por un reloj robado. Sin embargo, sigue pagándose mucho porque el precio de venta en el mercado es muy elevado. Si los ladrones conseguían una buena pieza, "podían ganar mucho dinero en una sola noche". 

EN AVIÓN PRIVADO A UNA RUEDA DE RECONOCIMIENTO

Robar a un turista puede ser interesante para el ladrón porque se trata de una víctima que difícilmente regresará a Barcelona cuando llegue el juicio. Eso es algo que ha cambiado esta vez, dada la opulencia financiera de las personas a las que atacaron los 'relojeros'. Algunos han llegado a coger un jet privado para presentarse a una rueda de reconocimiento. Habitualmente, sin embargo, la movilidad de delincuentes y de víctimas no da tiempo a los sistemas judiciales. 

"Cada vez hay más criminales que saltan de un país a otro", explica el inspector Guillén. Para combatirlos es esencial "coordinarse con las policías europeas" y estrechar los vínculos con "fiscales y jueces". Para poder procesar a los relojeros ha resultado clave el trabajo policial con agentes de paisano y sorprenderlos 'in fraganti'. Cuando un policía "presencia" el delito puede llevarlo a juicio aunque la víctima "no presente ni siquiera una denuncia", subraya el inspector.