NUEVA VIDA EN EL BARRIO

Más allá de la cárcel

La Esquerra del Eixample experimentará en los próximos años otros cambios sustanciales con la transformación de Germanetes y la futura súper manzana

zentauroepp38699392 barcelona  1 de junio de 2017  gentrificaci  de l esquerra d170602095509

zentauroepp38699392 barcelona 1 de junio de 2017 gentrificaci de l esquerra d170602095509 / periodico

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pese a que el adiós de la Modelo es el que copará la mayoría de los titulares, por sus dimensiones y por la crónica negra que deja tras ella, la transformación de este espacio central en el Esquerra del Eixample no será el único factor que hará girar como un calcetín la realidad del barrio en los próximos años. En paralelo, hay que añadir a la ecuación la construcción de la prometida isla de equipamientos en el peleado solar de Germanetes y la súper manzana prevista en el distrito -aún sin concretar-, uno de los más densos y con menos verde por habitante de Europa. Tres actuaciones largamente reivindicadas para hacer más amable el duro enclave, que no pocos temen que puedan tener consecuencias perversas. "Es posible que vecinos que llevamos años luchando por la transformación de la Modelo o Germanetes acabemos expulsados del barrio por la subida de los precios que esas victorias vecinales pueden desencadenar", reflexiona Guillermo Rojo, miembro de Recreant Cruïlles, colectivo nacido de la asamblea de barrio creada tras la dispersión del 15-M de la plaza de Catalunya y de la recién creada Xarxa d'Habitatge del barrio.  

A los 28.000 metros cuadrados de barrio ganado a la Modelo, hay que sumar los 5.500 del solar de Germanetes, entre las calles de Consell de Cent, Comte Borrell, Diputació y Viladomat. Además del peleadísimo instituto, cuyas obras está previsto que empiecen este otoño, en el solar abandonado por las monjas se levantarán también dos edificios de vivienda pública con 82 pisos, los bajos de uno de los cuales albergará una guardería municipal.

Alfons Santamaria, arquitecto jubilado, miembro de la vocalía de urbanismo de la asociación de vecinos y colaborador del colectivo Germanetes Illa Verda, se muestra crítico. "Están enrocados en ejecutar un proyecto de hace una década", insiste. Desde Germanetes Illa Verda y otros colectivos del barrio, como Recreant Cruïlles, se pidió al ayuntamiento convocar un nuevo proceso participativo para rediseñar el futuro del espacio, proceso que no se convocó, lo que ha dejado a muchos con un mal sabor de boca. Uno de los objetivos de los que pedían redefinir la urbanización de la zona era minimizar la construcción. "Todos estamos de acuerdo en la necesidad de aumentar el parque de pisos públicos, pero creemos que hay alternativas que no pasan por llenar otra vez esto de tocho. Se pueden rescatar viviendas ya contruidas para convertirlas en vivienda pública, por ejemplo", señala Santamaria. 

El colectivo Germanetes Illa Verda reunió 700 firmas en dos días en un manifiesto en el que se planteaba buscar ubicaciones alternativas que aprovecharan zonas ya construidas para no perder los 5.000 metros de zona verde ganados con el adiós de las monjas, que el barrio ya se ha hecho suyos. Batalla prácticamente perdida, ya que las máquinas entrarán tras el verano, para alegría de las familias que perseguían el instituto, que entendían que volver a abrir el debate sobre su ubicación no haría más que retrasar una vez más su necesaria construcción.    

LA FUTURA SÚPER MANZANA

Además, en la zona había históricamente -todos los proyectos pendientes aquí se arrastran desde hace años-, proyectada una súper manzana, que los vecinos piden que empiece a implantarse con el veto al tráfico de Consell de Cent, a la altura de Germanetes. La concejala del Eixample, Montserrat Ballarín, evita hablar de súper manzana. "Estamos trabajando en varias pacificaciones, pero aún no se puede hablar de súper manzana. Una de las ideas es pacificar el eje de Rosselló sobre la Modelo, entre Tarradellas y Entença, para promover el comercio en la zona", señala. La concejala de Urbanismo, Janet Sanz, en cambio, sí nombra abiertamente la palabra tabú. "Aún la estamos trabajando, pero empezará en el reformado mercado de Sant Antoni e irá subiendo. El Eixample necesita respirar". 

TEMOR A SALIR EN LA GUÍA

El último aspecto que sobrevuela el futuro del barrio -y la ciudad, claro- es el turismo, que actualmente no encuentra demasiados atractivos en la zona, lo que puede cambiar con la reconversión en museo de una parte de la vieja cárcel. “Meter la Modelo en la red de museos de la ciudad es, a la práctica, introducirla en el circuito turístico, con lo que eso conlleva”, indica José Mansilla, antropólogo del Observatori d’Antropologia del Conflicte Urbà.

Pese a que la hasta ahora falta de alicientes de esta parte del barrio ha evitado la masificación, el turismo ha entrado en el enclave de varias formas. “Nos hemos encontrado con pisos turísticos ilegales usados por los propietarios para hacer acoso inmobiliario. Hacen las fincas invivibles a base de fiestas hasta que los vecinos se marchan”, señalan, muy alerta, desde la Xarxa, desde donde piden al ayuntamiento más control.