ENCLAVE SIMBÓLICO EN EL RAVAL

El 'Hort del Xino' renace en un cotizado solar en el corazón de Ciutat Vella

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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El solar está situado a dos pasos del Mercat de Sant Antoni y a uno de la plaza de Folch i Torres, también en plena transformación, concretamente en el número 11 de la calle de la Reina Amàlia. Un espacio conocido como el Hort del Xino desde que hace ocho años un grupo de vecinos lo okupó y lo convirtió en un verde punto de encuentro donde, además de ofrecer un lugar donde plantar lechugas en el duro Raval, se organizaban talleres y charlas.

El enclave -un caramelo en la efervescente Barcelona del ladrillo- se ha convertido en uno de los campos de batalla del Raval rebelde, sobre todo tras la suerte de desalojo vivido en febrero, cuando las excavadoras arrasaron sin miramientos las decenas de árboles, dejando como único testigo de años de okupación los murales en las paredes.

DESRATIZACIÓN

El desencadenante de la entrada de las máquinas fue un requerimiento del Ayuntamiento de Barcelona a la propiedad para desratizar el terreno, por lo que los impulsores del proyecto comunitario señalan al consistorio como responsable. "Para desratizar hay unos protocolos, aquí no se entró a desratizar sino a desalojarnos", subraya una de las impulsoras del espacio vecinal, que en los últimos tres meses ha renacido de sus cenizas.

Pese a que queda mucho para que el huerto vuelva a ser lo que era, el intento de desalojo ha dado fuerza a los vecinos, que llevan tres meses trabajando en el espacio, primero, para quitar los escombros y, después, para resembrar y reprogramar actividades (su agenda, hoy, es mucho más rica que antes del intento de desalojo).

"El solar está escriturado por 2,4 millones, y ese era el precio por el que se vendía en un portal inmobiliario, aunque el anuncio ha sido retirado", asegura la joven, quien subraya que los okupantes del huerto no han recibido en estos años ninguna denuncia por usurpación. Un solar okupado -denunciar es reconocer la okupación- es menos atractivo en el mercado inmobiliario que uno vacío. 

LAS PETICIONES

En el contexto de gentrificación y de pérdida de población que vive Ciutat Vella, los vecinos piden al ayuntamiento que actúe. Han presentado varias propuestas. La de máximos es que compre -aunque ellos prefieren la fórmula de la expropiación- el solar y lo recalifique como zona verde. No sería la primera vez que Colau compra espacios para salvar proyectos: ahí están Can 60 o el Espacio del Migrante. Como plan B, proponen que se suspendan las licencias en el lugar, para blindarlo.

Una fuente municipal asegura que, tres meses después de los hechos, están "en fase de notificación tanto a los propietarios como a la empresa que realizó la actuación para que les explique cómo la llevó a cabo y cuáles son sus intenciones". "Como distrito, reconocemos el trabajo hecho en este espacio, que es un pulmón necesario para la vida del Raval", prosigue la misma fuente, que asegura que no hay ninguna licencia pedida para esa dirección.