INVESTIGACIÓN POLICIAL

Cae el ladrón de la colada tras dar 22 golpes contra lavanderías de Barcelona

Lavandería de autoservicio, vista desde la calle.

Lavandería de autoservicio, vista desde la calle.

GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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Los Mossos d’Esquadra han detenido al responsable de la ola de robos cometidos contra lavanderías de Barcelona. El ladrón de la colada ha resultado ser un joven de 26 años con antecedentes penales que últimamente se había obcecado con los establecimientos de autoservicio de una compañía en concreto.

Las franquicias de ‘La Wash’ estaban permanentemente en el punto de mira de un delincuente que podía dar cuatro golpes en una sola noche. Así lo hizo el miércoles 19 de abril, cuando entró en cuatro lavanderías y logró su objetivo en tres de las ocasiones.

Hace más de un mes que la policía catalana estaba al corriente de las denuncias que presentaba esta empresa. El repunte de los delitos cometidos contra unos negocios cada vez más en auge en la capital catalana “era importante”, subrayan fuentes policiales. Durante las últimas semanas se habían contabilizado más de 30.

Los investigadores creen que tienen pruebas sólidas para relacionar al ladrón de la colada con 22 de estos asaltos. Diecinueve de estos se cometieron en Barcelona, uno en Castelldefels, otro en Esplugues y otro en Cornellà.

LOS ROBOS

El ladrón de la colada actuaba al final del día. Cuando la máquina en la que los clientes que acuden a limpiar sus mudas introducen el dinero en efectivo para pagar las lavadoras acumula el dinero de toda la jornada. Los establecimientos que elegía son de autoservicio, esto significa que no hay ningún empleado que los vigile. Están controlados por cámaras de seguridad y por alarmas. Por eso se sabe enseguida cuándo se ha producido el robo y también cómo se ha producido.

Se acercaba hasta estas lavanderías con una moto, y entraba siempre con el rostro oculto bajo el casco. En cuanto accedía, se liaba a patadas contra la pared de pladur (una placa de yeso cubierta de celulosa) que rodeaba la máquina de autoservicio. Creaba un agujero en esta e introducía por allí su cuerpo. De este modo accedía a la parte trasera del cajero, donde estaba el dispensador.

Forzaba la caja del dinero y se llevaba el botín que habían generado las lavadoras. Este acostumbraba a oscilar entre 200 y 500 euros, de media.

DETENIDO POR SEGUNDA VEZ

Los Mossos ya arrestaron al joven hace dos semanas pero entonces todavía no pudieron aportar ante el juzgado todas las pruebas de los delitos que sospechaban que había cometido él. Dos días más tarde, regresó a la calle. Pero la investigación siguió reuniendo indicios y finalmente ha sido detenido. Los policías han reunido pruebas que lo vinculan, presuntamente, con la comisión de al menos 22 asaltos contra lavanderías de autoservicio.

El hecho de que en estos establecimientos no hayan trabajadores implica que los golpes del ladrón de la colada no deben considerarse delitos cometidos con violencia e intimidación contra las personas, sino únicamente robos con fuerza que en el Código Penal se castigan más levemente que los que atentan directamente contra las personas.

La compañía que ha estado en la diana de esta ladrón subrayó recientemente en declaraciones a este diario que la colaboración con los Mossos ha sido “constante” para poder detenerle. 

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