BARCELONEANDO

Un 'spin off' para Gal·la Placídia

jgblanco38432642 gala o galla o gal la placidia170514172155

jgblanco38432642 gala o galla o gal la placidia170514172155 / periodico

TONI SUST / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Barcelona, como todas las ciudades, relega la figura de algunos de sus habitantes y residentes temporales históricos más relevantes, que bien podría haber convertido en símbolos alternativos a los que eligió: la Sagrada Família, Copito de nieve, los sombreros mexicanos. No es que se haya hecho mal: si el objetivo era dar a conocer la ciudad la empresa está más que conseguida. Pero ¿cómo entender que no se le dé más bola a la barcelonesa que más poder tocó de cerca en la historia?

No se trata de Ada Colau ni de Marta Ferrusola. Hablamos de Aelia Gal·la Placídia, nacida entre el 388 y el 393, según distintas fuentes, y fallecida en el 450, que llegó a dirigir como regente el imperio romano de Occidente. Se hace raro que Colau ya tenga película y ella no.

La mujer vivió solo dos años en Barcelona, según los relatos: del 415 al 416, pero fueron como cuatro temporadas de Juego de Tronos. Ella sí era casta, y casta de la de verdad, más que CiU o el PSC: fue hija, hermana, esposa y madre de emperadores romanos, así como la mujer del rey de los visigodos, en un cambio al enemigo forzado, con secuestro de por medio.

PENURIAS BARCELONESAS

Gal.la Placídia era hija de Teodosio, emperador romano que dividió su imperio entre sus dos hijos varones, Honorio y Arcadio. A los 20 años, es secuestrada por los visigodos, liderados por Alarico, y acaba casada con su cuñado y sucesor, Ataúlfo, el primero de la lista de reyes godos que tantas generaciones memorizaron.

Tampoco está del todo claro si hubo una o dos bodas: las nupcias entre Ataúlfo y Gal·la Placídia tuvieron lugar el 1 de enero del 414 en Narbona, pero se habla de una primera ceremonia entre ellos en el 411 en la localidad romana de Forum Livii. Llegan a Barcelona entre finales del 414 y principios del 415. Aquí nace el único hijo que tendrán, Teodosio, que muere pocos meses después y es enterrado en la catedral (con el tiempo, sus restos fueron trasladados a la Basílica de San Pedro, en Roma).

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\u00c0ngel Guimer\u00e0\u00a0","text":"hizo una tragedia sobre ella y Barcelona le dedic\u00f3 una plaza excesivamente anodina para su trayectoria vitalado"}}

Es entonces cuando Ataúlfo demuestra tener algo de Eddard Stark: mientras visita sus monturas en las caballeriza, según una de las versiones, o estando en la bañera, según la otra, es asesinado por Eberwulf, criado de un antiguo adversario, Saro, al que había matado tiempo atrás. El hermano de Saro, Sigérico, se convierte en el siguiente rey godo: gobernó siete días, en los que hizo matar a los seis hijos de Ataúlfo con una primer mujer e hizo que Gal·la Placídia caminara 20 kilómetros atada, junto a esclavos. Además la hizo azotar, aunque también se ha escrito que la violó. Tras esos siete días, Sigérico fue asesinado y el hermano de Ataúlfo, Walia, le sucedió.

DE VUELTA EN ROMA

A estas alturas, la mujer ya había sobrevivido a su padre, a un prometido, a un marido y un hijo. Wallia la devolvió a Roma a cambió de unas 5.500 toneladas de trigo y Gal·la Placídia pasó de Catelyin Stark a Cersei Lannister: su hermano Honorio la obligó a casarse de nuevo, esta vez con un pretendiente al que detestaba: el general Flavio Constancio. El marido duró cuatro años, tiempo suficiente para que la pareja tuviera una hija y un hijo: este, Valentiniano, fue emperador de Occidente desde los seis años, lo que convirtió a su madre en regente durante 12 años.

Con todo este currículum, a Gal.la Placídia se le ha dedicado una atención mejorable en Barcelona. En su día Àngel Guimerà escribió una obra sobre su vida que después fue la base de una ópera de Jaume Pahissa. El relato la presentaba como amante de Eberwulf y cómplice en el asesinato de Ataúlfo.  

La ciudad le dedicó una plaza, mitad peatonal mitad no, mitad Gràcia y mitad Sarrià-Sant Gervasi, que alberga uno de los edificios más feos de la ciudad y que resulta anodina para cómo vivió quien la bautiza. Si Gal.la Placídia no merece una película o una serie, por lo menos que le den su nombre a la mucho más combativa plaza de las Glòries.