DENUNCIA DE UN SECTOR ECONÓMICO

Los hoteleros recurren contra el plan de alojamientos turísticos de Colau

El gremio denuncia que la aplicación del PEUAT propiciará la "decandencia" del parque de hoteles y abrirá la puerta a turismo de baja calidad

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Dos meses después de que entrara en vigor, el Gremi d’Hotels de Barcelona ha decidido llevar ante los tribunales el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), el instrumento con el que el equipo de gobierno municipal pretende contener el acelerado crecimiento turístico de la ciudad y, en algunas zonas, como Ciutat Vella o el Eixample, si se dan las condiciones necesarias, propiciar incluso un leve decrecimiento. El gremio, a través de un comunicado, asegura que el PEUAT puede desencadenar “la decadencia de la planta hotelera de la ciudad”.

La oposición del lobi de los hoteleros a las iniciativas municipales viene de lejos. Ya en su día pronosticaron graves consecuencias si se gravaba con una tasa turística a los visitantes. La calificaron de “castigo” a los turistas. Previeron que Barcelona no podría competir en igualdad de condiciones con Valencia y Madrid. El tiempo no les ha dado la razón.

Con el PEUAT vigente, el futuro que prevé el Gremi d’Hotels es el de una progresiva pérdida de calidad de los establecimientos existentes, que repercutirá en el tipo de turistas que visitan la ciudad, que serán de menor poder adquisitivo, y, como consecuencia final, en un irremediable perjuicio para los vecinos de Barcelona. El gremio, paradójicamente, realiza en el comunicado un singular retrato de la ciudad actual. Sostiene que, “gracias los esfuerzos y al trabajo bien  llevado a cabo por el sector hotelero”, Barcelona goza de un turismo de calidad y de “un buen clima de coexistencia con el entorno vecinal”. No niegan que haya tensión en las calles, pero achacan toda la conflictividad existente a los apartamentos turísticos ilegales. Por eso han presentado un recurso contencioso-administrativo.

El principal punto de desacuerdo con el PEUAT por parte de los hoteleros es que, sostienen, impide realizar reformas estructurales de los hoteles. De ahí que el cuadro general que imaginan a corto y medio plazo es el de una degradación perjudicial para los intereses económicos de la ciudad.

RÉPLICA MUNICIPAL

El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido responder de inmediato a esa acusación y ha recordado que por supuesto que se pueden realizar obras de mejora en los hoteles. Lo único que impide el PEUAT es una rehabilitación que comporte previamente demoler completamente el hotel. A través de twitter, la teniente de alcalde Janet Sanz ha apostillado que el ayuntamiento no renunciará a gobernar el turismo. “Queremos una ciudad para vivir. Hemos dejado atrás la barra libre”, ha dejado escrito.

Ese es, en la práctica, el segundo caballo de batalla argumental del gremio. Sostiene que el PEUAT dinamita un principio como el de la libertad de los empresarios para dinamizar su propio negocio y, entre líneas, denuncian que la no está garantizada la seguridad  jurídica en la ciudad,

El choque de trenes entre los hoteleros y el ayuntamiento se produce, singularmente, cuando el número de vistantes sigue al alza, pero también el número de plazas hoteleras, porque, previo al momento en que el Ayuntamiento de Barcelona impuso una moratoria en la concesión de nuevas licencias, en julio del 2015, habían sido presentadas antes 74 solicitudes que no quedaron afectadas por esa suspensión. Durante los últimos meses, por lo tanto, han seguido abriendo sus puertas nuevos establecimientos y en los próximos meses los harán unos cuantos más, muchos de ellos en las zonas que el PEUAT tiene precisamente fijadas como de decrecimiento.

APARTAMENTOS TURÍSTICOS

En su defensa, el Gremi d’Hotels sostiene que, cifras en mano, sus establecimientos no son la fuente de los conflictos que pueda haber en Barcelona por la transformación social y comercial que viene de la mano de la masificación turística. Recuerda en el comunicado el gremio que, de los 34,2 millones de visitantes que recibe Barcelona cada año, solo nueve pernoctan en hoteles. Unos 4,5 millones, según sus cálculos, se alojan en apartamentos turísticos con licencia y unos 3,5 millones (un número este último muy difícil de concretar) en pisos sin licencia. Los cruceristas, otro motivo recurrente de disputas vecinales, son unos 2,7 millones, según los hoteleros. El resto, hasta alcanzar esos 34,2 millones de visitantes, lo forma el difuso grupo de personas que visitan la ciudad un solo día y no pernocta en ella.

Con el PEUAT, el ayuntamiento pretende que las zonas más saturadas no reciban más presión que la que ya sufren. Eso es obvio en espacios como Ciutat Vella, pero la mancha de aceite se ha extendido ya a áreas inimaginadas poco tiempo atrás, como Poblenou, Poble-sec y Gràcia. Hostafrancs, por ejemplo, forma parte también de ese núcleo duro donde se pretende el decrecimiento.