CONFLICTO LABORAL EN EL SUBURBANO

¿Hasta cuándo las huelgas de metro?

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CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Segundo lunes de huelga en el metro de Barcelona. Con previsibles consecuenciasandenes rebosantescontroles de acceso en algunas estaciones, ciudadanos que llegan tarde a trabajar. La negociación del convenio colectivo de la empresa pública que gestiona el suburbano mantiene a los barceloneses como rehenes, como espectadores de un interminable e insufrible partido de tenis. El conflicto laboral avanza muy despacio. Incluso habrá quien crea que no avanza a pesar de que empresa y sindicatos han celebrado ya casi 70 reuniones desde el otoño del 2015. En un año, Barcelona ya ha sufrido 17 días de huelga en el metro. ¿Hay luz al final del túnel? Una cosa está clara: la cosa pinta mejor hoy que hace un mes. Pero, por lo pronto, los paros vuelven en la tarde de este lunes de 16 a 18 horas (40% de servicios mínimos), y de 20.30 a 22.30 horas (20% de servicios mínimos).

Son varias las razones que han generado estas movilizaciones. Una mezcla de política, historia de la lucha obrera, un método de negociar no muy operativo (no se abre un tema hasta que se cierra el anterior) y un comité de empresa atomizado (seis sindicatos, no siempre bien avenidos). En lo que se refiere a la política, la plantilla se sabe más fuerte que nunca porque quien controla Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) es Barcelona en Comú, un partido al que se le supone una gran afinidad con la clase trabajadora. Ada Colau ya intentó mediar personalmente en el conflicto, en febrero del año pasado, a pocas semanas del Mobile World CongressEl tiro le salió por la culata; muy por la culata. Desde ahí, los sindicatos, que conocen bien el arte de la presión negociadora, han puesto al gobierno municipal entre la espada y la pared, recordando los tiempos en los que los actuales gobernantes de la ciudad les apoyaban sin fisuras. 

Mercedes Vidal, concejala de Movilidad y presidenta de TMB, ha asegurado este lunes que en las últimas reuniones se ha avanzado mucho en asuntos que el comité consideraba claves para la huelga. "Estamos cerca de un acuerdo pero, inexplicablemente -ha dicho la edila de Barcelona en Comú-, la propuesta de la empresa no se ha llevado a la asamblea para que la valoren los trabajadores". Vidal ha agradecido la colaboración ciudadana: un 13% más de usuarios antes de las siete de la mañana (el primer turno de huelga) y un 25% menos, durante las dos horas de paro. 

Entre la semana pasada y la anterior, la dirección de TMB y el comité de empresa mantuvieron seis reuniones bajo el paraguas mediador de la Conselleria de Treball. Según la empresa, y tal y como ha concretado Vidal, el jueves se ofreció solución a los siete puntos bajo los que se ampara la convocatoria de la huelga, y se entregó una “propuesta de convenio colectivo íntegra para trabajarla conjuntamente”. Los puntos, resumidos por un portavoz de TMB, son los siguientes: horario del servicio de maquinistas e instructores; horas extraordinarias en eventos especiales; condiciones de los mandos del centro de control; tiempo de conducción y de trabajo en las estaciones; exceso de jornada generado por los retrasos; aplicación del acuerdo de contratación alcanzado en julio del 2016, y las condiciones de determinados grupos de empleados (taquilleros y auxiliares de control). 

BLOQUEO Y RESPONSABILIDAD

A última hora de la noche del mismo jueves, la parte social -según TMB- encontró “insuficiente” la proposición, que no se presentó al día siguiente (viernes) en las asambleas previstas con la plantilla, en las que se ratificaron los paros de los lunes no festivos de dos horas por turnodos horas por turno. La empresa lamenta este “bloqueo” y apela a la responsabilidad de los representantes de los trabajadores, además de recordar que la propuesta incluye un aumento salarial superior al 7% en los próximos cuatro años.

Los sindicatos, por el tono de sus declaraciones, parecen estar a diferentes distancias de la resolución del conflicto. “No quieren firmar un convenio con nosotros, quieren destruirnos. O les sacamos un convenio a la fuerza o nunca lo tendremos”, aseguraba a principios de abril la CGT en un comunicado. Este mismo sindicato presentó la semana pasada un vídeo en el que resume su posicionamiento sobre el conflicto. 

Desde la UGT, el tono es algo más suave. El pasado viernes, este sindicato admitía que el documento dialogado el jueves “en líneas generales da salida a la mayoría de exigencias de la plataforma de los trabajadores”. “Todos coincidimos en que nos separan pequeñas cosas que se deben mejorar en las próximas reuniones”. CCOO también destiló algo de optimismo el pasado jueves: “Termina la mediación sin ningún acuerdo pero con un documento bastante avanzado en algunos puntos, y otros todavía por perfilar”. Se ha conseguido desbloquear, por ejemplo, en el delicado tema de la cobertura a las trabajadoras embarazadas, que parece ya resuelto.

En cualquier caso, y a la espera de que se retomen las negociaciones (Treball tiene que volver a convocarles), la ciudad sigue padeciendo este lunes los devastadores efectos sociales de un día a la semana con el transporte público subterráneo en huelga.