UNA INICIATIVA PIONERA

"Un lugar en el que sentirse protegido"

La idea de abrir un albergue especializado en salud mental salió de la calle. Lo explica Antonio Cortiñas, interlocutor del colectivo con el ayuntamiento

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Antonio Cortiñas -igual que los otros 21 miembros del grupo de trabajo de sintecho- no viene a hablar sobre su situación personal, sino de la de las 3.000 personas sin hogar en Barcelona, de las cuales unas 1.000 duermen en la calle. "Las personas sin hogar son las que mejor saben qué es vivir en la calle y cómo funcionan los servicios sociales. Qué funciona y qué no funciona", apunta Cortiñas, quien ahora tiene trabajo, "aunque con fecha de caducidad".

Llegó a este grupo de trabajo a través del anuncio que el ayuntamiento hizo vía los recursos para sintecho y se apuntó. Siempre le ha gustado participar. "Los 22 miembros del grupo o estamos en la calle o lo hemos estado. Por eso hablamos en nombre de todos los compañeros", prosigue. "Lo del albergue especializado en salud mental era más que urgente. La situación de muchas personas con trastorno mental que dan vueltas de albergue a albergue es crítica", apunta Cortiñas.  

"Estas personas están en una situación de riesgo a diario. No tienen un comportamiento estándar y se exponen a agresiones, gritos e insultos del resto, que no comprende que estas personas sufren un trastorno. No se trata ni mucho menos de encerrarnos en un sitio, sino de que tengan un lugar en el que estén protegidos, donde puedan vivir tranquilos y donde se controle su medicación", prosigue el experto, quien subraya que se trata de una responsabilidad "de toda la sociedad". "Por mucho que se viva en la calle se forma parte de la sociedad", añade.

La idea, pues, de la creación del albergue de Cal Muns, cuya inauguración oficial se hará en algunas semanas, nace de la calle. "Estamos muy contentos no solo de que por primera vez se nos escuche, sino de que, además, se haga caso de nuestras recomendaciones", expone.

LAS OTRAS PROPUESTAS

Obviamente, la apertura del albergue de Cal Muns es una pequeña victoria, pero queda mucho trabajo por hacer. "El principal reto es que se mejore el trato a las personas sin hogar tanto por parte de la administración como de los mediadores, los trabajadores de las empresas privadas que gestionan mucho de los recursos", resume el interlocutor del colectivo con la administración local. "Puedes perder el trabajo, la casa, la familia, los amigos, lo que nunca puedes perder es la dignidad", apunta Coriñas, quien asegura que en ese aspecto queda mucho camino por recorrer.

En esa línea, el grupo de trabajo de personas sintecho que participó en la elaboración del plan municipal para afrontar el sinhogarismo, apuntó la necesidad de dignificar algunos de los albergues municipales existentes. "Fruto de nuestras experiencias se ha acordado dividir el albergue de la Zona Franca en habitaciones, ahora mismo es una gran nave con 120 camas, y aumentar el espacio, no las camas, en el de Sant Gervasi; ambas medidas para dignificar la vida de los usuarios, y ambas se realizarán en breve, este mismo semestre", prosigue Cortiñas, orgulloso del trabajo hecho.

MÁS ALLÁ DEL FRÍO

Otra victoria. Cortiñas es optimista y le gusta destacar lo conseguido, que en este caso es haber logrado- también a petición de este colectivo- que el centro que hasta ahora se abría solo en los meses de invierno para la operación frío se abra nueve meses al año. "Cerrarán solo en verano, porque por su estructura en verano no se podría estar", comenta el asesor, quien considera que, a largo plazo, lo necesario sería que la gestión de los recursos para las personas vulnerables se remunicipalizara, para evitar a los trabajadores no vocacionales que no tratan a las personas como debería tratarlas. 

El objetivo final, concluye, es que la gente sea consciente de sus derechos. "De poco sirve que tengas un derecho si no sabes que lo tienes", remata.