Los pájaros del río

Marzo es el mes de la primavera como mayo había sido el de la clase obrera, y ahora todo esto es poco menos que una rima en desuso. A lo mejor resulta que el cambio climático incide más rápido sobre la historia que sobre la naturaleza. Hoy, cada vez que los sindicatos anuncian un otoño caliente se derrite un cubito en un gintónic. Los derechos retroceden y la primavera se adelanta. Y cada año llegan antes las aves migratorias a nuestros parques urbanos, y hasta periurbanos. En el Parque Fluvial del Besòs empiezan a aparecer de nuevo los pájaros acuáticos que durante el invierno andaban por tierras más cálidas. Este río, que en los años setenta y ochenta era una cloaca industrial tan contaminada (en buena medida por las químicas del Vallès), tan muerta que en sus sucias y espumosas aguas ni siquiera se daba vida bacteriana, se ha convertido ahora en el lugar donde hacen su alto, entre otras aves: garzas imperiales, águilas calzadas, tarabillas, cigüeñuelas, alcaudones, andarríos y ruiseñores (solo leer los nombres ya es alucinante). Y todo eso se puede ver, sencillamente, bajando al río por cualquiera de las rampas que hay cada medio kilómetro. (O quizá no se trate del todo de ver cuando uno no sabe poner nombre a lo que ve, vamos, eso es lo que a mí me ocurre; pero al menos sí que uno puede disfrutar y sentirse mágicamente acompañado). Para observar las aves, es mucho mejor andar por la orilla de Barcelona que por la de Badalona, por decirlo de una manera municipalista aunque no del todo propia, pues Badalona no tiene orilla en el río, y Barcelona solo la tiene al paso del río por el Bon Pastor. También la economía del lenguaje es una cuestión de imperialismo. 

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CONEJOS DE LA CATALANA

En el río viven además muchos conejos, descendientes de los que debieron de escaparse cuando hace unos años deshabitaron las viejas y artesanales casas de la Catalana para hacer pisos. Si baja una riada de las gordas, la mayoría de los conejos mueren ahogados. Mi madre me dijo que en una de esas ocasiones en que se sale tanto el río, vio a un conejo subido en la horquilla de un árbol rodeado de agua por todas partes. Pero enseguida repueblan su territorio y de nuevo las bolitas negras y brillantes de sus excrementos, como diamantes de la diversidad zoológica, indican que vuelven a campar a sus anchas. Otras veces se puede ver la tierra revuelta de los jabalís que han bajado a la noche y han estado por ahí hozando. Hay quien se ha topado con ellos de día. Y hasta alguna culebra ha pasado en su veloz zigzag entre la hierba del río. (Un muestrario muy completo de la fauna que puebla el Besòs aparece cuidadosamente expuesto en el blog parquefluvialbesos.blogspot.com.es del fotonaturista Santiago Argemí Sobrevilla). Entre las aves más fáciles de descubrir durante un paseo (habitan el parque más o menos de forma permanente, y acostumbran a estar tomando el sol en un islote, chapoteando en el agua o sobrevolando la zona), se encuentran las garzas reales, las garcetas, los cormoranes, las lavanderas, y distintas especies de patos y gaviotas ¿Dije gaviotas? ¿Seguro que no quise decir charranes?

Desde los Andes y Siberia hasta la playa de la Barceloneta, se conocen un montón de especies de gaviota. Incluso alguna ha acabado formando parte de nuestro ecosistema político. Pero a la que inspiró el icono del PP no hay que buscarla en los manuales de zoología. La gaviota pepera ('Avis fraguensis', si se admite esta taxonomía, pues nació a raíz de la conversión de AP en PP), viene del 'Reader's Digest'. Está entre lo repipi y la falta de escrúpulos. Es la gaviota pomposa ('Avis Concomplejusdeliderazgus') que protagonizaba aquel libro lleno de frases propias del maestro de 'Kung Fu', y que en castellano fue traducido con el título de 'Juan Salvador Gaviota'. Luego hicieron una película llena de ocasos dorados como el caramelo del flan Dhul, y Neil Diamond le compuso la banda sonora en la misma escala cromática. 

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DERECHA DEPREDADORA

En política todo es lenguaje, aunque se disfrace de ornitología. Cuando el Partido Popular argumenta que no se siente identificado con el carácter carroñero de las gaviotas, está actuando como hacen siempre los que mandan. Utilizan palabras reflejas, que son los dolores reflejos de la sintaxis. En realidad no se refieren a carroñero. Nombran la gaviota y señalan a los carroñeros para que no se vea la trila, pero la bolita está en depredadores. Esto es realmente lo que quieren ocultar: su auténtica condición social, política e histórica. Porque con el lenguaje la derecha (la española y sus compañeras de viaje, ya que todas van por caminos convergentes) hace como con todo, es decir, es muy depredadora, muy gaviota, y a la que puede le arrebata el léxico a la izquierda, la simbología, el santoral. Esta usurpación hace creer que la distinción entre derechas e izquierdas se ha quedado obsoleta, pero existe más diferencia entre la derecha y la izquierda que entre un charrán y una gaviota. La naturaleza es sabia, y por eso en el Parque Fluvial del Besòs lo que abunda es la gaviota reidora.