BCN planta cara a la amenaza de que las joyas del legado Muñoz Ramonet vayan al Prado

Jaume Collboni, segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, ha advertido este lunes que las obras que son titularidad de la Fundació Julio Muñoz Ramonet deben permanecer en Barcelona y ha recordado a las hijas del magnate textil fallecido en 1991 en Suiza que las sentencias judiciales "se acatan y se cumplen, no se marean", en referencia a la sentencia del Tribunal Supremo del 2012, la tercera que determina que el palacete y la importante colección de arte son de la ciudad.

Collboni se ha pronunciado en estos términos después de que el diario 'El País' publicara que existe la posibilidad de que 'La anunciación', de El Greco, y 'La aparición de la virgen del Pilar', de Goya, dos de los cuadros del legado que son de titularidad municipal, acaben en el Museo del Prado, en vez de regresar a Barcelona, como ordenan diversas sentencias judiciales.  

El pasado noviembre, Manuel Castelo, nieto del difunto, se negó a abrir las puertas de su domicilio en el paseo de la Castellana de Madrid a una comisión judicial y a miembros de la Fundació Julio Muñoz Ramonet que se personaron para recuperar estos valiosos lienzos, que son las dos joyas de la corona de esta controvertida herencia. Entonces, Jaume Asens, presidente de la fundación y cuarto teniente de alcalde del consistorio, declaró que el ayuntamiento había interpuesto un proceso judicial "por un delito" de apropiación ilegal de un patrimonio de Barcelona. "Es un periplo judicial que no para de atravesar obstáculos. Las hijas no cumplen la voluntad de su padre. Nos enfrentamos a un delito de saqueo, un expolio grave de un patrimonio de valor incalculable. Iremos hasta el final", declaró Asens.

NUEVA OFENSIVA

En una nueva ofensiva jurídica, Jos Prado, abogado de las cuatro hermanas, da una nueva vuelta de tuerca al asegurar al 'El País' que el 'goya' y el 'greco' pueden acabar en Madrid, "ya que no se ha aceptado el ofrecimiento voluntario de Castelo de entregar en depósito las obras al Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), con la condición de que se exhiban en sus salas y no vayan al almacén".

“Que a nadie se le pase por la cabeza pensar que las obras [valoradas en más de siete millones de euros] que son de titularidad de la Fundació Muñoz Ramonet bajo el patronato de la ciudad no acaben en Barcelona", ha señalado el edil, que ha reiterado que las hijas de Muñoz Ramonet "siguen" poniendo sobre la mesa "medidas dilatorias" para no cumplir con la justicia y devolver a Barcelona el legado que su padre dejó a la ciudad.

Collboni espera que "ante este nuevo capítulo dilatorio que fuerza la familia", el Estado no entre "en este juego perverso" que lo único que haría sería deslegitimar la función del MNAC, el centro que debe acoger las obras de arte incluidas en el legado". 

En su último testamento, fechado en abril de 1988, Muñoz Ramonet dispuso que la finca de Barcelona de la calle Muntaner números 282-288 pasase, incluidos el parque y el jardín, como también el palacete de la calle Avenir, 26-28, con todo su contenido completo, a una fundación que llevará su nombre. "La fundación tendrá como finalidad la conservación y el mantenimiento de estas instalaciones y su visita y aprovechamiento útil por parte del público bajo el Patronato de la Ciudad de Barcelona», distaminaba el empresario en documentos notariales.