Aquí todo es posible
En la Fàbrica dels Reis d'Orient no acechan las dudas, se cree todo a pie juntillas
Natàlia Farré
Periodista
NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA
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No está claro que fueran reyes u hombres sabios, pero no hay duda de que fueron, y son, magos. Si no, cómo iban a poder colmar tantas ilusiones en unas pocas horas. Ahí están cada madrugada del 5 de enero para hacer posible lo imposible: convertir una fría noche de invierno en la noche más mágica del año. Bueno, son magos, sí, pero también tienen quien les ayuda. En Barcelona, desde siempre han contando con el paje Gregori como su más fiel aliado. Y desde hace poco, cinco años, lucen centro logístico en la ciudad. Encontrarlo es fácil. No tiene pérdida. Basta con buscar una aglomeración grande, muy grande, de niños ilusionados y adultos resignados.
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Mayores y pequeños estaban el lunes y el martes, y estarán el miércoles, aguardando pacientemente entrar en la Fabra i Coats, antaño manufactura de hilaturas y hoy Fábrica del Reis d'Orient, para comprobar, revisar, verificar, asegurar que hay un paquete (o más, a ser posible) con su nombre. Y ya de paso, ver cómo se las apañan los duendes reales con todas las cartas y peticiones que reciben: hay que leerlas y clasificarlas para luego fabricar los juguetes, empaquetarlos, repartirlos... Vamos, que por unos días el centro fabril de Sant Andreu emula al Rovaniemi de Papa Noel, aunque sin renos ni nieve.
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La cola, el lunes, era de aúpa. Y el frío, también. Pero la ilusión de los niños por poder entrar en uno de los lugares más secretos de sus majestades podía con todo, incluso con la inapetencia paterna. Inapetencia colaborativa, todo sea dicho. Para mantener la ilusión y alargar, en la medida de lo posible, la candidez y credulidad infantil se hace lo que haga falta. Que hay que hacer la postura del 'caganer' para amenizar la espera, se hace. Que hay que imitar a Rafiki (el sabio mandril de 'El rey león') alzando a un peque al grito de 'Nants ingonyama bagithi baba' para espantar el frío, pues también se hace. Faltaría. La cara de felicidad de los verdaderos reyes de estos días, los niños, lo compensa todo. También la extravagancia.
"UAAALA"
Entrar al secreto recinto real es llegar a una oficina de correos mágica, y oír que todos los críos, sin excepción, responden haber sido "muy, muy buenos" cuando los duendes preguntan si merecen los regalos. Sí, sí, duendes. En la fábrica de los magos trabajan duendes (muy 'nostrats', por cierto, pues lucen todos barretina). Los pajes reales se ocupan de otros quehaceres, y Melchor, Gaspar y Baltasar están muy atareados preparando la gran noche. Lo afirman los duendes, duendes que cogen el teléfono y hablan con sus majestades en persona, así que si ellos lo dicen, será cierto.
No hay más preguntas ni acechan las dudas. Aquí todo se cree a pie juntillas. Si acaso, alguna puntualización, como la de un crío de no más de cuatro años que aclara que la noche de Reyes no estará en su casa, sino en la de sus abuelos. U otro, no mucho mayor, que da todo tipo de detalles sobre no sé qué juguete quiere que le lleven. No vaya a ser que sus majestades se confundan. Santa inocencia. No hay rey mago que no sepa qué regalar, adónde ir y por qué ventana entrar. Y aquí todo se sazona con un "uaaala" de asombro. Expresión que lo mismo vale para vitorear a la máquina que clasifica las cartas que para celebrar el sello real de buena conducta que reciben los críos. Lo dicho, todos, hasta los más traviesos. También para ver, a través de los ventanales iluminados de la fachada, cómo funciona eso de fabricar juguetes. Y para bailar a ritmo de foxtrot, blues o rock, que de todo saben los duendes reales, hasta de música y coreografía.
A LO 'STAR WARS'
No en vano ellos también reciben ayuda, la que les brinda la Espectacleria, un colectivo dedicado a la producción de acontecimientos culturales y de todo tipo que lo mismo ayudan a los Reyes Magos con los juguetes que organizan una boda 'Star wars' con Darth Vader de oficiante. Cierto. Pero ahora toca celebrar la noche más mágica, la de este jueves. Y los duendes prometen tenerlo todo a punto.
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