ALGUNOS REFERENTES

Vignesh Melwani, el Billy Elliot del Poble Sec

Este joven barcelonés de origen indio compagina tres trabajos con sus estudios de Humanidades, la danza clásica y el piano

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Poble Sec, Sala Hiroshima. Lunes, 19 de diciembre, cinco de la tarde. Ensayo general de ‘Mera Desh’ (Nuestra tierra), espectáculo de kathak -danza clásica oriental- del Espai Núpura, que se estrenará en la misma sala el próximo 29 de enero. Vignesh Melwani, barcelonés de 21 años, es uno de los bailarines. Solo cuatro horas después, la misma tarde de lunes de diciembre, Melwani está sentado frente al piano instalado en la cripta de la Sagrada Família, a punto para el concierto de la Barcelona Coral Asia, de la que también forma parte. Tarde intensa que, pese a su excepcionalidad -no todos los días toca en la Sagrada Família-, es muy representativa de la ajetreada vida de este joven del Poble Sec (uno de los referentes culturales del programa Barcelona Interculturalitat), amante de la cultura en todas sus expresiones. Trabaja como acomodador en el Auditori-, a quien es casi imposible seguirle el ritmo.

Estudiante de cuarto de Humanidades en la UPF, universidad en la que tiene, además, no uno sino dos trabajos como becario, Melwani es -su nombre no deja demasiado lugar a dudas- catalán de primera generación y uno de los jóvenes que participan en la iniciativa Jo, També, Sóc un Referent, “Tengo una identidad muy híbrida. Me siento tan indio -aunque en realidad mis padres son de la región de Sind, que administrativamente pertenece a Pakistán-, como barcelonés", explica el joven pianista, a quien le incomoda la etiqueta de ‘referente’. "No se trata de ser referentes de nadie, pero, como sociedad, todos necesitamos modelos, así que con nuestra experiencia podemos ayudar a otros jóvenes como nosotros", cuenta.

Ese ‘nosotros’ son otros barceloneses de primera generación, como él o como Fátima, que, nacidos aquí o aterrizados de niños, intentan forjar su identidad en una sociedad que aún les mira como a extraños por su color de piel o el trozo de tela con el que cubren su cabello. Es por eso que el objetivo de iniciativas como la de los referentes culturales es doble. Por un lado, empoderar a 'los suyos' y, por el otro, casi igual de importante, intentar cambiar la mirada del resto -los no inmigrantes- sobre ellos.

COMBATIR TODOS LOS ESTIGMAS

Cuando explicó en casa que quería bailar kathak -una suerte de ballet muy popular en la India- sus padres no sabían qué cara poner. "Allí los estigmas de la masculinidad son aún más marcados que aquí y claro, para mis padres el kathak era un baile de chicas...", cuenta el joven, a quien, de adolescente, también se le hizo un mundo hablar con su familia sobre su homosexualidad. "En ese aspecto, quizá sí que mi experiencia pueda ayudar a otros chicos en mi situación; también por eso me decidí a participar en la prueba piloto de los referentes".

"Hablar catalán me ha servido de barrera", responde Melwani al ser preguntado sobre si, pese a venderse al mundo como una ciudad cosmopolita, la sociedad barcelonesa es racista. "Este verano, en un viaje a Ámsterdam, ha sido una de las veces en las que se me ha hecho más evidente que era juzgado por mi fenotipo. El hecho de no hablar la lengua vehicular del país me hacía más vulnerable", recuerda con un punto de pesimismo. Los atentados de París y Niza eran recientes. "Yo solía pensar que había muchas cosas superadas. Que la situación ahora es mejor que cuando yo era un niño tímido que estudiaba en el Poble Sec en un colegio con una gran diversidad cultural, pero después ves el Brexit, a Trump, y dudas".