Jessica Vall: "El entorno de Horta donde vivo es como un pueblo"

Con los pies en Nou Barris, pues la casa donde vive está en la penúltima acera perteneciente a ese distrito, pero con vistas a Horta, que es el distrito en el que hace más vida esta nadadora de elite. Esa es parte de la geolocalización de la vida cotidiana de Jessica Vall (Barcelona, 1988), cuando no está de viaje por algún campeonato. Vall obtuvo el oro en 200 metros braza y dos platas en los Juegos Mediterráneos del 2013, fue bronce en el Mundial de Kazán el pasado año y este año ha sido olímpica en Río de Janeiro, entre otros muchos logros, como sus más de 30 medallas en campeonatos de España.

Sus primeras brazadas, entrenando con enfoque profesional, las hizo en Horta-Guinardó. El Club Natació Catalunya, en el monte del Carmel le dio la bienvenida, cuando Jessica Vall tenía 6 años. "Entonces vivía en el Eixample, pero mi abuelo paterno tenía una casa en ese límite de Nou Barris", explica Vall, en la frontera de Nou Barris y Horta en la que hoy viven ella con su marido, Aberto González (exnadador profesional), y su perro, Pep, un carlino famoso en el barrio. "¿Pep por qué? Por Pep Guardiola, soy muy culé. Y nuestro perro es muy gracioso, todo el mundo lo conoce", dice la nadadora.

PASEOS CON PEP

El despertador de Vall suena un poco antes de las cinco de la mañana, porque a las seis ya está en el agua, en la piscina del C. N. Sant Andreu. Nadar, salir a correr hasta el río Besòs o hasta la Trinitat, y ejercitar la musculatura en el gimnasio forman parte de su rutina diaria. Luego, bata blanca y tareas como investigadora en el IMIM (Institut Hospital del Mar d'Investigacions Mèdiques). Para ello se preparó en la facultad de Biologia, en el Campus de Mar de la Universitat Pompeu Fabra. Y actualmente realiza un máster online sobre Gestión y Dirección de Entidades Deportivas, en la UCAM (Universidad Católica San Antonio de Murcia). Después de comer, Vall retoma su entreno en Sant Andreu y a las 18.30 horas acostumbra a regresar a su barrio.

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Pep espera ansioso su llegada, para salir a pasear y a saludar al vecindario. "Cuando hace buen tiempo, vamos caminando al parque del Guinardó. Pero no tiene que hacer mucho calor porque él no lo soporta. Ni mucho frío, porque a nosotros nos da pereza", expresa la vecina.

ACOGEDORA INFANCIA

Horta, en ese límite con Nou Barris, o Nou Barris, en esa frontera con Horta Guinardó, es un anclaje emocional para Vall. Vivir en la casa donde pasó tantos buenos ratos con sus abuelos, Gaudi y Rosita, y jugando con otros niños en la calle, le aporta mucha calma a la nadadora y la sensación de habitar un lugar muy familiar. Eso, y todos los buenos consejos que guarda como tesoros del pescadero recomendándole las mejores capturas del día y cómo cocinarlas. "Además, el entorno de Horta en el que vivimos es como un pueblo. Sales un martes a cenar y los locales están llenos de familias. Y también viene mucha gente de otros distritos, porque en Nou Barris y Sant Andreu, los del entorno, quizás no hay tanta oferta nocturna", precisa. Y son famosos los vermuts, el fin de semana, del Quimet d'Horta (plaza de Eivissa, 10), que Vall también disfruta.

"Aquí en Horta hay muy buenos restaurantes, como la Tasca Es Bandoler (Santes Creus, 13)", dice. Y también casas espectaculares. "Claro, Horta fue lugar de veraneo para la gente bien de la ciudad. Tiene cada casa...", comenta la nadadora. Está a punto volar a Canadá, el 2 de diciembre, para competir en el Mundial de Piscina Corta en Windsor, del 6 al 10.