Dardos con internet
Las dianas electrónicas, las de los bares de toda la vida, ya hasta se conectan a la red. Con una mediana en la mesa, se juegan ligas locales, nacionales e incluso mundiales
Ana Sánchez
Periodista
En vez de “¿cómo estás?”, a ella le preguntan “¿que has hecho qué?”. No sabe cocinar, pero sí tirar hachas. Si le haces una pregunta retórica, lo más probable es que la responda. Autora de ‘Barcelona increíble’ (Ediciones B).
ANA SÁNCHEZ
El bar parece vacío. Son las nueve de la noche, un día cualquiera entre semana, Santa Coloma. El bar parece vacío hasta que cruzas hasta el fondo. “La zona VIP", la llaman ellos entre risitas. Una decena de personas van tomando posiciones alrededor de cuatro mesas y dos dianas. “Hola”. “Eiiii”, “¿cómo estás?”. Se saludan, sonríen, se dan golpecitos en la espalda. “Vamos tirando”, responde un recién llegado. Aquí nadie se lo puede discutir. Todos van tirando literalmente: exactamente dardos.
Esta es una partida de liga. Al equipo local le toca hoy recibir a un visitante: L’Hospitalet. Todos van con su equipación: camisetas con dardos dibujados y motes a la espalda. Son cuatro titulares, pueden tener hasta tres reservas. Desenfundan sus darderas (fundas con tres dardos) y empiezan a calentar intercalando en la mano un dardo y una mediana de cerveza. Hay equipos que llegan una hora antes. Hay jugadores que incluso van a ver el local el día anterior. Cada capitán empieza a hacer su alineación. “¡4-4-1!”, bromea a lo futbolero una jugadora local. Sacan el acta de juego y, si alguien lo pide, el reglamento: un libreto de ¡12 páginas! ¿Que alguien quiere una repetición de la jugada? Claro. En esta máquina de dardos las partidas se quedan grabadas. Tiene dos cámaras: con una se ve al tirador; con la otra, la diana. No hay forma de hacer trampas. Las tiradas incluso se pueden seguir por el móvil. Sí, las máquinas de dardos ahora se conectan a internet. Uno puede lanzar dardos aquí y ganarle a alguien en la otra punta del mundo.
TANTOS DARDOS COMO EN LA GESTORA DEL PSOE
Si se teclea en Google “liga”, “dardos” y “Barcelona”, aparecerán de la nada más de 300.000 entradas. Quitando los dardos de Mourinho al Barça que se colarán sin querer en la búsqueda, quedan tantas competiciones con diana como para entretener a Jordi Hurtado durante el resto de su vida. Sí, en Barcelona se tiran a diario tantos dardos como en la gestora del PSOE.
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Calculan que hay unos 200.000 aficionados en toda España, eso sin contar a los federados. La Federació Catalana de Dards tiene 300 fichas federadas y 20 clubs de dardos, informa su presidente. Catalunya, de hecho, es una de las dos únicas comunidades que reconocen los dardos como deporte: los de punta de acero. Luego está la segunda división oficiosa: la de bar, la de los dardos de punta de plástico, los de las máquinas electrónicas. Aquí también se juegan ligas, campeonatos nacionales e incluso mundiales. “Es un mundo”, menea la cabeza Javier. “La gente alucina: ‘¿Cómo que juegas ligas?’. Y ya cuando les hablas de los mundiales en Las Vegas, Chicago, Taipei…”.
Javier Módenes es dardero desde hace 10 años. Hace cinco que es responsable de 2011 Darts. Es una de las tropecientas empresas de dianas electrónicas que organizan ligas de dardos en Barcelona. Solo sus ligas (de lunes a jueves) mueven a más de 200 jugadores, calcula. Si se añaden las competiciones de los fines de semana, la cifra -apunta- “sube a 400 rápido”. Y eso que con la crisis, asegura, la cifra ha bajado mucho. “Había el doble”. ¿Qué tipo de gente juega a dardos? “De todo tipo –responde-. Con estudios, sin estudios, jóvenes, mayores…”. De 16-17 años a 60, pone margen de edad.
"CONCENTRACIÓN, PACIENCIA Y DEDICACIÓN"
Los equipos rivales se saludan chocando las palmas, se desean buena partida, aplauden cada tirada. “¡Bueeeeeena!”. Todos terminarán brindando con un chupito. “Aquí nos animamos siempre. Lo hagas bien o lo hagas mal”, asegura Javier. “La base es el buen rollo”, añade Daniel. Daniel Castel es también dardero desde hace 10 años. Sin diana, se gana la vida como carpintero. Hace un mes que quedó campeón de España. ¿Que qué gana uno al ser campeón de España de dardos electrónicos? “Puede ganar un viaje al Europeo o al Mundial, una copa… y mucha felicidad”, se ríen los dos. Lo que engancha, dice Javier, es “competir, juntarte con unos amigos, superarte”. “Estás con tu gente -añade Daniel-, te lo pasas bien, conoces a otra gente. Y si ganas, mucho mejor”. ¿El truco para afinar puntería? “No hay truco –responde Javier-. Concentración, paciencia y dedicación”. Que tomen nota para aprender a dar en el blanco los de las encuestas electorales.
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