operación policial conjunta

Cae en Barcelona una organización que obligaba a mujeres a cometer hurtos

Los clanes familiares detenidos compraban y vendían a las víctimas, entre las que hay menores de edad

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Una operación conjunta de la Policía Nacional, Europol y la Guardia Urbana de Barcelona ha permitido detener en la capital catalana a 16 miembros del denominado 'Clan de las bosnias', que obligaba a mujeres captadas en su país a cometer hurtos. Los arrestados, que operaban en España y en el sur de Francia, obligaban a las víctimas, de nacionalidad bosnia y algunas de ellas menores de edad, a robar en zonas turísticas y en medios de transporte.

La organización, que estaba estructurada en distintos grupos familiares, comerciaba con las jóvenes, intercambiándolas y trasladándolas de unas ciudades a otras a cambio de cantidades que oscilaban en torno a los 5.000 euros. En uno de los registros practicados, los agentes han localizado a nueve menores de edad sin escolarizar y en lamentables condiciones de higiene y salubridad.

DOCUMENTACIÓN FALSIFICADA

La red desarticulada captaba a chicas jóvenes de nacionalidad bosnia, en ocasiones incluso menores de edad, a las que instruían en la práctica del hurto y trasladaban a España clandestinamente, utilizando para ello documentación falsificada. En otras ocasiones, las jóvenes captadas eran enviadas a Italia o al sur de Francia, donde igualmente eran explotadas.

Las pesquisas practicadas llevaron a los agentes hasta uno de estos clanes, afincado principalmente en Barcelona y organizado en torno a la figura de su patriarca que, como máximo responsable del mismo, dirigía las actuaciones llevadas a cabo en toda España y en el sur de Francia. Por debajo del patriarca, la organización -perfectamente jerarquizada- contaba con varios lugartenientes distribuidos en dos ramas diferentes, una compuesta por los varones del clan y otra por las mujeres.

Mientras que los hombres cometían principalmente robos con fuerza, sobre todo en el interior de automóviles y autocaravanas, las mujeres que pertenecían a la organización se dedicaban a coordinar y controlar a las jóvenes a las que explotaban, que eran enviadas desde primera hora de la mañana a las principales zonas turísticas de la ciudad y a medios de transporte público.

ACTUACIÓN EN GRUPOS

A la hora de cometer los hurtos, en el metro por ejemplo, las jóvenes actuaban en grupos organizados, en los que cada cual tenía una misión concreta. Así, un par de mujeres se encargaban de taponar los accesos al vagón produciendo aglomeraciones de personas que eran aprovechadas por la carterista para robar a los viajeros. Una vez sustraídos los efectos, los entregaban rápidamente a otra mujer que se encargaba de ocultarlos hasta su posterior entrega a los miembros de la organización, que recaudaban todo el dinero y efectos valiosos sustraídos. Además, el patriarca imponía los objetivos diarios en cuanto a la cantidad de dinero que tenían robar y que las jóvenes estaban obligadas a cumplir.

Los investigadores ha practicado dos registros domiciliarios en los que se han  intervenido dos vehículos, numerosa documentación falsa, unos 5.000 euros en efectivo en moneda de diversos países procedente de los hurtos cometidos y varios dispositivos de almacenamiento de datos cuyo contenido está siendo analizado por expertos. Además, en el transcurso de los registros han sido localizados nueve menores, que han sido puestos a disposición de las correspondientes autoridades de protección de menores para su asistencia.

La operación ha sido llevada a cabo por la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y la UCRIF de Barcelona, con la colaboración de la Jefatura Superior de Policía de Catalunya, la División de Cooperación Internacional de la Policía Nacional, la Guardia Urbana de Barcelona y Europol.