Las viviendas de madera se abren paso en el área de Barcelona

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PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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A los barceloneses -en especial a los que tengan grabado en la memoria el cuento de los tres cerditos- les costará imaginar que un hogar verdadero no sea de ladrillo. La idea de fragilidad o el miedo al fuego han descartado hasta hace poco otros materiales en nuestro país. Pero la madera, usada inicialmente para casas de montaña o segundas residencias, se revela ahora como el esqueleto de las viviendas plurifamiliares urbanas del futuro. En poco más de un año se han levantado varias en Barcelona y su área metropolitana, a las que ahora se suman al menos media docena de proyectos de obra pública que pueden suponer el gran empujón a esta tendencia ecológica y sostenible.

En el corazón de Sants, en la calle de Melcior de Palau, se rematará en las próximas semanas una construcción en madera que ha provocado expectación en el vecindario. Manteniendo como punto de partida una fachada centenaria protegida, se ha construido un edificio entre medianeras a base de estructuras ligeras de madera, de planta baja más dos. En apenas unos meses lo ha levantado la empresa House Habitat, una de las constructoras catalanas especializadas en esta fórmula, con más de un centenar en su currículo, donde mantienen que la construcción ya ha dado un giro imparable hacia esta dinámica en Catalunya.

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En Sants se han creado cuatro pisos (tres de poco más de 40 metros y un dúplex mayor), cuyo destino aún no es definitivo, en los que despuntarán propiedades ya constatadas en Vallcarca, en Gràcia, donde el año pasado se levantó un edificio unifamiliar de cinco plantas que se convirtió en el más alto de la ciudad con estructura de madera. Este, de casi 350 metros cuadrados, genera un gasto medio de unos 62 euros mensuales en suministros. En todos estos proyectos, las energías renovables son básicas en su filosofía. En este caso logró la calificación energética A, al incorporar un sistema de renovación de aire con recuperador de energía de alta eficiencia que, según detallan, permite ventilar la casa sin abrir las ventanas. El agua caliente se obtiene también por aerotermia.

CAMBIO DE CHIP

El arquitecto Federico Pels, que firma el proyecto de una vivienda unifamiliar de madera entre dos convencionales recién finalizada en el casco antiguo de El Prat de Llobregat, cree que las casas únicas en núcleo urbano han marcado el primer paso hacia las construcciones de altura para múltiples hogares. “En los próximos años va a haber una revolución en la construcción, donde la madera ganará protagonismo”, defiende. Otros expertos coinciden en que si el siglo XIX coronó al acero en la construcción, y el XX al hormigón, el XXI será el de la madera. Pere Linares, copropietario de House Habitat, pone el acento en el concepto de salud (al trabajar con elementos orgánicos y menos químicos) y de confort ambiental.

Países del norte de Europa, Francia, Alemania, EEUU y otros llevan mucho más camino recorrido en este sentido, que en los últimos tiempos agrega el valor de la sostenibilidad y de las maderas de bosques de gestión responsable y reforestados. En Canadá ya hay equipamientos públicos en madera de hasta 18 plantas. 

ALQUILER VERDE

José Antonio González, gerente de Arquima, empresa especializada con sede en Sant Andreu de la Barca, también mantiene que “la madera ha llegado para quedarse” en las construcciones locales, y vivirá una eclosión en los próximos años. Su edificio de seis viviendas de alquiler en la calle de Magalhanes (Poble Sec), se convirtió en el 2015 en la primera plurifamiliar de entramado ligero del Estado en un casco urbano. Estuvo detrás el estudio de arquitectura Betarq Group y sus promotores han convertido el certificado verde del Green Building Council España en un sello de calidad que marca un valor añadido respecto al resto de la oferta. Pero otras muchas viviendas unifamiliares en el entorno de Barcelona les avalan.

La firma fabrica envolventes de madera, como el que ahora están utilizando en la fachada de un edificio de investigación del complejo hospitalario de Can Ruti. Un paso adelante en el uso de este material en la obra pública. González tiene claro que han de ser las Administraciones las que den el gas definitivo a esta arquitectura de futuro, que tiene mucho que decir en el campo de la hotelería. Y es que la construcción en madera no supone un ahorro de costes en material, pero sí en tiempo de ejecución (con lo cual los promotores empiezan a rentabilizar su inversión mucho antes) y sobre todo en gastos posteriores. Tanto la estructura de madera, seleccionada y tratada, como los cerramientos que permite, derivan en viviendas muy bien aisladas térmicamente y con bajísimos consumos energéticos.

PROYECTO COOPERATIVO

Esa filosofía ha contagiado a proyectos singulares, como el que tripula la cooperativa de vivienda La Borda (que sigue captando socios) en suelo municipal en cesión, en Can Batlló, barrio de La Bordeta (Sants-Montjuïc). El proyecto de la cooperativa de arquitectos LaCol, fruto de la participación e implicación de los futuros residentes, quiso ser innovador en el fondo y en la forma, por lo que consideraron que la propia estructura física tenía que diferenciarlo. “Es un elemento natural y se respira, además de aislar de radiaciones del exterior”, explica el arquitecto y socio Pol Massoni. Aún no han decidido quién construirá, pero sí han elegido al productor de la madera, la empresa Egoin del País Vasco, para primar la proximidad en lugar de recurrir a los suministradores del norte o centro de Europa. Al no contar con muchos recursos, priorizarán “lo perdurable”, la estructura y la eficiencia energética, por encima de acabados que pueden irse renovando, e iniciarán los trabajos en breve.  Será el más alto hasta el momento de España (planta baja con espacios comunes más seis) y sumará 28 viviendas.

No será el único, ya que el ayuntamiento anunció la pasada primavera que el Patronato Municipal de la Vivienda impulsará 46 pisos sociales de madera dentro de una de las naves de la antigua Fabra i Coats, en Sant Andreu, aprovechando la estructura de esta, que está catalogada. Las obras empezarán a principio del próximo año y el material orgánico será para las partes interiores y estructuras internas de los pisos, explican fuentes del área de Vivienda. “Es una opción menos invasiva y agresiva y permite introducir las piezas muy fácilmente en el edificio”, agregan.

La sostenibilidad es uno de las máximas del gobierno de Ada Colau, por lo que no son pocos los arquitectos que están aprovechando las convocatorias de concursos públicos para atreverse a presentar directamente propuestas en madera, aunque no sea una demanda explícita.