Collboni descarta sumarse a la moción de censura a Colau que propone CiU

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TONI SUST / BARCELONA

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El PSC ha descartado sumarse a la mayoría alternativa que CiU propone para descabalgar a Ada Colau de la alcaldía de Barcelona y formar un nuevo gobierno municipal. El presidente del grupo, segundo teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha dejado tocada de muerte la operación que el grupo de Xavier Trias empezará a tantear la semana que viene en una reunión con ERC. Porque sin el PSC queda alguna opción aritmética, pero francamente quimérica.

Collboni ha comparecido junto con los otros tres concejales de su grupo y ha sido rotundo: “El PSC tiene palabra y Barcelona tiene gobierno. No es el momento de operaciones en los despachos. Es momento de resolver los retos de los barceloneses. Tenemos que dejar las especulaciones y pasar a las soluciones". Para rematar se ha preguntado si alguien creía que después del 'no' del PSC a facilitar el Gobierno de Mariano Rajoy, como dictaba el PSOE, los socialistas catalanes podrían pactar con los populares en Barcelona.

El teniente de alcalde ha afirmado que ve bien reunirse con CiU, pero que a ese encuentro irá como representante del PSC y del gobierno municipal con la voluntad de alcanzar acuerdos de ciudad, especialmente en cuatro ámbitos: modelo turístico, el plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (PEUAT), la ordenanza de terrazas y la promoción económica. En síntesis, esa no era la reunión que quería CiU.

El jarro de agua fría de Collboni llega horas después de que este jueves el concejal de CiU Joaquim Forn abriera el baile para explorar junto con el resto de grupos de la oposición la posibilidad de lograr una mayoría alternativa y emplearla para descabalgar a la alcaldesa mediante una moción de censura.

Forn ha anunciado que CiU iniciará la semana próxima con ERC una ronda de reuniones, después de que el pasado viernes Colau se viera obligada a retirar del orden del día del pleno municipal la votación de las ordenanzas fiscales por falta de apoyos y de que, en esa misma reunión, todos los grupos de la oposición menos la CUP la reprobaran.

El concejal ha admitido que se trata de una operación compleja: “Somos conscientes de las dificultades aritméticas, son las mismas que había la noche de las elecciones municipales”. El concejal ha repasado la gestión de Barcelona en Comú desde que llegó al gobierno municipal (primero en solitario y después con el PSC como socio) y la ha calificado de política de gestos.

Ha recordado que por primera vez no se ha aprobado el Plan de Actuación Municipal (PAM), que el gobierno municipal no ha logrado aprobar las ordenanzas y que no se ha comunicado con su grupo sobre la aprobación de los presupuestos, que a estas alturas parece claramente inviable mediante un pacto.

FERNÁNDEZ DÍAZ, A POR TODAS

Si Forn ha subrayado que para echar a Colau es necesario un esfuerzo de negociación, el jefe de filas del PP en el consistorio, Alberto Fernández Dïaz, parece dispuesto a todo para conseguirlo. Fernández Dïaz ha afirmado que todas las partes tendrán que ceder y ha recalcado que el PSC es “imprescindible” en la operación. El concejal ha pedido a los socialistas que sean fieles a su trayectoria.

Fernández Díaz ha advertido contra un pacto que emule al del Parlament, con CiU y ERC como socio centrales. “Se equivocan los que crean que esto es un episodio más de la política catalana”.

BOSCH, RELAJADO

El más relajado parece ser el líder de ERC en el ayuntamiento, Alfred Bosch, que este jueves ha comparecido brevemente para relatar que espera las explicaciones que le dé CiU la semana que viene. No ha querido entrar en cálculos, reiterando que estos corresponden a los promotores de la iniciativa.

Junto con la negativa del PSC, otro factor hace que se antoje inviable una alternativa a Colau: Ciutadans estaría por integrar esa mayoría siempre que el nuevo alcalde no fuera independentista. Es decir: ni de CiU ni de ERC. Pinta complicado.