Mònica Terribas: "La calle de Llobregós, que no estaba asfaltada, era una frontera"

Un hora y media (tres cuartos de hora de ida, y otros tantos de vuelta) era la excursión que Mònica Terribas (Barcelona, 1968) tenía desde su casa (paseo de Mare de Déu del Coll, 59, en el distrito de Gràcia) a la escuela donde hizo EGB, Arc Iris (Alt de Pedrell, 61, en Horta- Guinardó).

Fueron muchas subidas y bajadas atravesando las cimas de los barrios de El Coll, el Carmel y el Guinardó. "Cuando caminas mucho, sueñas mucho", comenta la directora y presentadora de El matí de Catalunya Ràdio.El matí de Catalunya Ràdio Y uno de los sueños que echaba a volar en su mente de niña se disparaba al pasar frente al albergue Mare de Déu de Montserrat (Mare de Déu del Coll, 41). "Para mí era un mundo aquello, y yo pensaba: 'Cuando sea mayor y viaje, me alojaré en albergues así'", rememora.

Mònica Terribas y su infancia anduvieron de colina en colina, de barrio en barrio, de distrito en distrito, atravesando fronteras sociales, como ahora recuerda. "La calle de Llobregós, sobre todo, era una de esas fronteras. Allí me daba cuenta de que, muy cerca unas de otras, convivían realidades muy diferentes. En el barrio tuve la primera conciencia de la desigualdad social -destaca-. Llobregós era una calle sin asfaltar, y a su alrededor había viviendas muy humildes, algunas construidas por los propios vecinos ".

LA PEQUEÑA DE CINCO

A Terribas siempre le encantó ir a la escuela. Pasaba a recoger a sus dos primos, Albert y Jordi, que vivían en la calle de Santuaris, y los tres enfilaban el camino hacia el Arc Iris, en ascenso como si realmente fueran en busca de un arcoiris en el cielo. "Íbamos juntando monedas por si algún día nos veíamos muy apurados, poder parar un taxi y que nos subiera un tramo del camino, hasta donde nos dieran las monedas -rememora-. Algunos días nos llevaba mi madre en coche".

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"Si era martes, nos dejaba en el cole y se iba a comprar al mercado del Carmel. Mi madre nos decía a mis hermanos y a mí (Terribas es la pequeña de cinco): 'Solo iré a comprar un día a la semana. Si no os administráis bien lo que hay en la nevera, cuando se acabe, se habrá acabado'". Y así era. "Luego, si nos lo acabábamos, cuando le preguntábamos qué había, siempre decía: 'Mermelada i de tot'".

CANGUROS EN EL BARRIO

Una niña estudiosa, que no soportaba presentarse en clase sin los mapas que les pedía la profesora. Esa era ella. Recorría las librerías del barrio hasta encontrarlos. Terribas no jugaba en la calle. Siendo la pequeña de cinco hermanos, la diversión estaba en casa. "Aprendía mucho de ellos, éramos un poco la familia Trapp".

Ella y Núria, la hermana que la precedía, hacían canguros en el barrio. "Los padres nos tenían que acompañar de vuelta a casa porque en Vallcarca y el Carmel había zonas inseguras. Como el parque de la Creueta del Coll. Al pasar por la entrada, sentías entre miedo y atracción. No entrábamos nunca".

Su inicio como alumna en el Institut Ménendez y Pelayo (Via Augusta, 140) fue la puerta de entrada de Terribas a la ciudad. "Lesseps era la frontera. Allí dejabas el barrio atrás", expresa. Luego vino la carrera en la UAB, su doctorado en Escocia y la vida en familia, ya lejos del barrio.

A Vallcarca regresa cada año para celebrar aniversarios (una tía materna vive allí aún) y en fiestas navideñas. Pero el resto del año, en su móvil lleva siempre un valioso recuerdo de su infancia entre colinas. "Llevo a mis cinco mejores amigas del colegio en un grupo de whatsapp, Nenes Arc Iris", indica la periodista, profesora de la Universitat Pompeu Fabra.