Mariano Lorrio: "Los días de lluvia toca armarse de paciencia"

Cada día se desplaza de Ripollet a Barcelona en moto para evitar los atascos matutinos en la autopista C-58

Mariano Lorrio

Mariano Lorrio / periodico

ALBERT SEGURA / RIPOLLET

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Vivir en el Vallès y trabajar en Barcelona se ha convertido en una opción para muchos ciudadanos que prefieren alejarse del frenesí de la gran ciudad, pero como todo en esta vida tiene sus puntos en contra. Uno de ellos pasa por la movilidad, sobre todo de buena mañana, cuando la opción del transporte privado supone en algunos casos la única posibilidad viable de llegar a casa sin hacer los grandes malabarismos que para muchos vallesanos supone desplazarse a la capital en transporte público.

Mariano Lorrio vive en Ripollet y cada día se desplaza a Barcelona, donde trabaja como delineante proyectista en una empresa de ingeniería de obra civil. De todas las opciones, para adentrarse en la autopista C-58 la que mejor se adapta a sus necesidades es la opción del vehículo privado, alternando la moto, que usa más habitualmente, y el coche, en menor medida.

"Cada día salgo a las 8.15 de casa y en poco más de media hora me planto en la oficina, pero si algún día tengo que tomar el coche sé que al menos ese tiempo se duplicará”, relata. Sobre las dos ruedas, puede sortear los coches y furgonetas que protagonizan los grandes atascos mañaneros, a través de los "carriles moto" que se crean gracias a la buena fe de gran parte de los conductores. "Hay algún coche que te ve por el retrovisor y te intenta bloquear, pero la mayoría se apartan lo justo para que las motos podamos pasar", apunta.

La moto es la primera opción para Lorrio, pero hay ocasiones en las que no le queda otra que ir a Barcelona en coche. Además, al desplazarse en moto puede ir al mediodía a casa para comer y regresar, dado que tiene dos horas de descanso, cosa que sería mucho más complicada si se moviese en coche.

Y LLEGA LO PEOR

Los días de lluvia son los peores. "Si llueve intento ponerme la chaqueta de agua y capear el temporal, pero hay ocasiones en que el chaparrón es tal que o vas en coche o llegas al trabajo empapado", apunta. En alguna ocasión el desplazamiento llega hasta las dos horas, y ya desde la entrada de la autopista en Cerdanyola hay coches parados, lo que supone empezar con el atasco pocos minutos después de salir por la puerta de casa. "Esos días ya sabes que tienes que salir mucho antes de casa y armarte de paciencia", lamenta.

Lo mismo ocurre los días en los que Rodalies sufre algún tipo de avería o retraso, lo que empuja a muchos de los usuarios del transporte público a coger el coche por miedo a no llegar al trabajo, a clase o a una cita a la hora prevista. "Para mí, el tren es la última opción, lo tengo cerca de casa pero para llegar al trabajo tengo que hacer transbordo en Plaça Catalunya con Ferrocarrils de la Generalitat, y con ello pierdo más tiempo. No compensa”, apunta

En los últimos meses, además, asegura que ha detectado un incremento de vehículos en la autopista. Concretamente, desde principios de año y acentuándose a los meses previos a las vacaciones de verano, lo que supone más presión sobre una autopista C-58, que pese a disponer de un carril BUS-VAO acaba convirtiendo el Nudo de la Trinitat en un embudo.

"Allí nos juntamos los que venimos del Vallès Occidental y los que bajan del Vallès Oriental y Osona, y más adelante, en el acceso a la Ronda de Dalt, con los que vienen del Maresme, y eso sí que ya es una locura”, asegura. Cuando va en moto tiene que sortear entre los vehículos parados, pero cuando va en coche la tensión se incrementa al tratar de adelantar sin golpear ni ser golpeado por otros coches.