Los barceloneses toman la Casa de les Punxes

Los primeros visitantes hacen colas para ver el interior del edificio modernista de Puig i Cadafalch y 'pasan' de Sant Jordi

Colas ante la Casa de les Punxes este viernes.

Colas ante la Casa de les Punxes este viernes. / periodico

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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Mientras los turistas copaban este viernes las colas para visitar la Casa Batlló y la Pedrera, los barceloneses tomaban la entrada de la Casa de les Punxes, de Josep Puig i Cadafalch, uno de los pocos edificios modernistas emblemáticos que aún no estaba abierto al público. Y lo hacían con entusiasmo y por ver la arquitectura. La leyenda de Sant Jordi es secundaria, decían los primeros visitantes, en su mayoría residentes en Barcelona y más que cuarentones.

“Hay que aprovechar antes de que la invadan los turistas. Mañana se llenará y ya no será nuestro”, decía Salvador en la cola. Su visita había sido improvisada. “Íbamos a ir a la piscina pero cuando hemos visto el tiempo hemos venido aquí”, confesaba. “Queríamos venir antes de que lleguen los japoneses”, bromeaba Cesc, que también justificaba que el tour no habría entrado aún en los circuitos de hoteles y touroperadores.

Carme y Lidia, dos hermanas ancianas, esperaban pacientemente su turno para entrar a las 10.30 de la mañana. “Yo venía hace muchos años a la consulta de un oculista muy famoso que había aquí, pero entonces no se podía ver nada. Solo la puerta, y queremos ver la arquitectura”, explicaba Carmen.

También Carmen Tabales tenía un recuerdo personal asociado al edificio. "Hace 50 años venía de pequeña a ver a mi abuela, que vivía en esta casa, en el número de al lado. Recuerdo que era una casa preciosa, con una gran cristalera, una cocina enorme...".  La mujer, acompañada por su marido, volvió a recorrer estancias similares a las de la casa de su abuela, con cierta decepción. "Me hubiera gustado ver más la casa. Lo de la leyenda de Sant Jordi está bien pero no ves cómo era todo".

REFORMA TARDÍA

Y es que pese a la espectacularidad de tener un edificio que recuerda a un castillo en la Diagonal, los barceloneses vivieron durante muchos años de espaldas a la finca, ocupada por despachos de abogados y médicos, que pasaba sin mucho mantenimiento hasta que los propietarios decidieron ponerlo al día volviendo a pintar escaleras y porterías, y restaurando suelos que estaban deteriorados. La actuación urbanística añadió algunos elementos modernos como las lámparas de la escalera.

"Me dedico a las reformas y quería ver cómo lo han dejado, pero es que además me gusta mucho el modernismo", decía Eric, que iba acompañado de uno de los visitantes más jóvenes, el pequeño Ezequiel, de cuatro años.

“Queremos ver la terraza, sobre todo, y las vistas de la Diagonal”, comentaban a las 10.30 Lidia y Magda, dos amigas de mediana edad que formaban parte de los primeros visitantes de la instalación, que había abierto sus puertas a las 9 de la mañana ya con cola en la puerta.

ENTRADAS POR INTERNET

Los más previsores compraron este jueves la entrada por internet tan pronto vieron la noticia en los medios y otros se han acercado directamente a la casa, algunos con la vana esperanza de que fuera gratuita la visita. Pero no, tan solo los barceloneses tienen un descuento del 30% en la visita guiada durante este año. Los primeros grupos ya se han podido ver esta mañana en la puerta, muchos ya con la hora asignada.

Y los turistas, pese a todo, también se habían enterado. “Es un edificio extraño, antiguo, nos intriga”, contaba el ucraniano Serguei, de visita con su familia en Barcelona, donde estudia su hija Yelena, que acompañaba a sus padres y su hermana a ver un edificio que ve todos los días porque acude a una escuela cercana. “Es que siempre me ha intrigado”, decía sonriente.