EL CONTEXTO DE LA TRAGEDIA DEL BESÒS

El círculo vicioso de la 'okupación'

Incendio con víctimas mortales en el barrio de Sant Martí

Incendio con víctimas mortales en el barrio de Sant Martí / periodico

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) lleva mucho tiempo denunciando que la falta de "respuestas efectivas" por parte de todas las administraciones -"todas", subraya- a los desahucios ha llevado a muchas familias a ocupar una vivienda como única opción. A entrar en pisos "de patada", como se ha popularizado la técnica. O bien en lo que eran sus viviendas, ahora en manos del banco, o en otros pisos vacíos (de idéntica propiedad). "El hecho, además, de que los desalojados de viviendas ocupadas no entren en la mesa de emergencia social del ayuntamiento atrapa a estas personas en un círculo vicioso. Les echan de un piso y ocupan otro como única opción", apunta Carlos Macías, portavoz de la PAH de Barcelona.

La inclusión de estas personas en la mesa de emergencia social fue precisamente una de las demandas de la PAH en las reuniones con el ayuntamiento para abordar la situación de la vivienda y de la pobreza energética. El ayuntamiento se comprometió a cambiar el protocolo de actuación para incluir a estas familias, algo que, "meses después de la última reunión aún no ha pasado".

ETERNA PRECARIEDAD

Macías apunta también que la fragilidad en la que viven esas familias no recae solo en que en cualquier día les pueden echar sin alternativa, sino que esa precariedad hace que vivan con la luz y el agua pinchadas, lo que puede causar accidentes que deriven en tragedias. El barrio del Besòs es uno de los que 'la patada' está más a la orden del día en la ciudad.

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La tragedia del Besòs recuerda a la vivida en el 2014 en El Vendrell (Tarragona), cuando cuatro niños de 3, 5, 8 y 12 años, todos ellos hermanos, fallecieron a consecuencia de un incendio en su piso. Un piso al que también había entrado 'de patada' la familia, tras ser desahuciada

CIUDAD DE CONTRASTES

Si Barcelona es una ciudad de contrastes, el barrio del Besòs, entre el monumental Fòrum y La Mina, es su paradigma. Este lunes por la mañana, a pocos metros del edificio de la tragedia y solo horas después, en las escaleras del metro de Besòs Mar se cruzaban jóvenes manteros que se dirigían a la Barceloneta a vender (la mayoría de ellos viven también en pisos de patada o bien en pisos sobreocupados, de patada o no) y turistas, que iban en la misma dirección. Sí, turistas. El caso del piso turístico en el que se alojaban unos asiáticos sobre el hogar incendiado en el Besòs no es anecdótico. En las ahora perseguidas webs de pisos turísticos son muchos los alojamientos en la zona que se ofrecen a precios muy bajos -mucho más que los del mercado-, "a pocos metros de la playa y del metro". No mienten en su descripción.  

La asociación de vecinos lleva años denunciando la degradación física, desde un punto de vista urbanístico, de esta parte del barrio, a la que se refieren como "Besòs profundo". "Este bloque era, es, uno de los que está peor. Tiene aluminosis y muchos balcones están con redes", asegura Marcelino Sánchez, veterano presidente de la entidad, quien calcula que aún quedan 28 fincas afectados por este mal estructural tan propio de los barrios del extrarradio de la ciudad. 

EL BESÒS PROFUNDO

"Esa zona del barrio está muy mal y eso ha hecho que mucha gente se vaya de los pisos. Y los pisos vacíos en este barrio, con tanta necesidad, duran poco, vacíos. Y depués está el problema de la luz y el agua pinchados y el peligro que eso supone para todos los vecinos", relata el presidente de la entidad.

"Se supone que con el plan de barrios ahora arreglarán el tema de la aluminosis, pero llevamos tanto tiempo escuchando que harán, que harán, y no hacen nada, que de momento seguimos a la espera, no demasiado confiados", concluye le líder vecinal.