Del piso turístico al banco turístico

Vicens Forner documenta la nueva tendencia del turista de la Barceloneta de pernoctar en bancos en plena calle

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Carles Cols

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El mérito del título es de Vicens Forner. De los pisos turísticos a los bancos turísticos, y debajo, la fotografía de un par de inglesas durmiendo la mona en un banco de la Barceloneta. Algo así colgado en Facebook llama la atención. No era una siesta a media tarde, lo cual sería otra cosa muy distinta, un ejercicio de tipismo, ganas de adaptarse a la costumbres locales. Eran las nueve de la mañana cuando Forner hizo la foto y ese banco era toda la habitación que iban a emplear en Barcelona ese par de mozas. “Por la noche las veo pasar arregladas como princesas hacia los bares del Port Olímpic y de madrugada regresan destrozadas”. Luego, a veces, cuando duermen pasan los pillos de la playa y arramblan con lo que encuentran. “A una la dejaron casi sin ropa”. Llegan el viernes y vuelan de regreso a casa el lunes. Ni hotel ni piso turístico. Un banco y basta. Marca Barcelona, le llaman.

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Forner es, tal y como se recordó días atrás en otra crónica de estas mismas páginas, el autor de la fotografía de aquellos turistas italianos desnudos por las calles de la Barceloneta, que conviene de vez en cuando revisitar. No solo están los protagonistas principales, entusiasmados con su ocurrencia, sino que hay que reparar en la actitud pasiva de los dueños del supermercado de conveniencia que les impidió la entrada, ese tipo de establecimiento que ha crecido como setas y como icono de la pauperización comercial. Más modelo Barcelona, vamos.

Aquella foto era un resumen de la situación. “Un amigo me llamó desde Sydney. Me dijo que allí la había visto como ejemplo de lo que hay que evitar”, explica Forner.

Un casco para O'Brien

A veces una foto cobra vida. En abril de 1974, por ejemplo, Michael O’Brien quiso su minuto de gloria en aquella alocada moda que sorprendió al mundo en los años 70, el ‘streaking’, correr desnudo en un espacio público, preferentemente en mitad de una competición deportiva. O’Brien lo hizo durante un partido de rugby que enfrentaba a Francia e Inglaterra en el Twickenham Stadium de Londres. No inauguró la moda, pero tuvo la suerte de que inmortalizó la escena el fotoperiodista Ian Bradshaw. A O’Brien se le ve como a un Jesucristo mientras el oficial Bruce Perry, sonriente, le cubre los genitales con su casco de Bobby inglés. Tras ellos corre un hombre de paisano con una gabardina en las manos para poner fin a aquella exhibición. La foto se utilizó durante años en escuelas de policía para ilustrar qué se espera de los futuros agentes, diligencia y compostura.

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Total, que a Forner le salió un 'bradshaw' hace dos años, por cierto, con la cámara del teléfono, y anda en busca del segundo, no por satisfacer a la oposición municipal, sino porque la Barceloneta es su Serengueti particular. Cuentan que una concejala del equipo de Xavier Trias le reprochó un día a Forner que aquella imagen del despelote les había costado la alcaldía y que a ver si mostraba idéntica agudeza visual ahora con Ada Colau.

Exhibiciones pornográficas

No lo hace por eso, pero su serie de fotos sobre los bancos turísticos retrata hacia dónde va la ciudad. “No duermen en la playa porque de noche la riegan”. O sea, que podría ser peor. El caso es que son grupos de turistas, habitualmente ingleses, que viajan sin nada más que sed. Forner les ve pasar, emborracharse y dormir desde el altillo que tiene junto a los restos del antiguo puerto de pescadores de Barcelona, que sigue ahí, pero cada vez más chanquete, porque lo menguan y lo tapan los yates de lujo que atracan junto al paseo de Joan de Borbó en una pornográfica exhibición de riqueza. Modelo Barcelona, también.

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“Lo de los bancos turísticos lo escribí con un punto de ironía, porque en la Barceloneta la situación es muy tensa, así que mejor un poco de humor”. De un extremo de la maroma tiran quienes celebran el dinero que trae el turismo. Al otro lado de la cuerda están quienes no ven el dinero, solo las molestias. El pulso es sobradamente conocido. Lo que Forner hace es solo fotografiar a veces las nuevas tendencias y a veces las situaciones enquistadas que algunos creen nuevas. Por ejemplo, tiene una interesante serie dedicada a los manteros. En su cuenta de Facebook ha colgado hace poco una fotografía de manteros en Portal de l’Àngel en, ¡caramba!, el año 2013, en pleno ‘triasato’. Deslumbra también con luz propia su colección sobre los ‘mojiteros’ de la Barceloneta, sentados en suelo, entre coches, preparando la bebida, o directamente sobre uno de los bancos turísticos en uno de esos intervalos en los que la ‘habitación’ está vacía.

A veces, llegados a este punto, solo queda añadir “continuará”, una promesa que no siempre se cumple. Esta vez, seguro que continuará.