Filósofos a puñetazos

Este es un 'Ring de Filosofía': se dan guantazos retóricos. Es una mezcla de batalla de rap, 'jam' poética y 'gag' a lo Monty Python que pretende convertir la filosofía en un espectáculo

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ANA SÁNCHEZ

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Un boxeador da saltitos en el ring mientras le masajean los hombros. Debe de ser peso entre supermosca y supermosqueante. Si Rocky Balboa lo viera, se iría a por una hoja de reclamaciones. Lleva calzones azules, camiseta imperio y ¿gafas de pasta? Parece recién salido de un anuncio de Media Markt. Tiiin-tiiin-tiiiin. Suena la campana: empieza el combate. El boxeador ‘gafapasta’ coge un micro y escupe ganchos: “¡No hay revolución sin explosión!”, grita. “¡La única revolución que vemos es la de ‘Juegos de tronos’!”. Al otro lado del ring, su contrincante se mantiene en pie sin tambalearse. Mujer, también ‘gafapasta’, chaqueta blanca impoluta. “No tienes argumentos”, le replica. Se quita la chaqueta, se levanta la camiseta y coloca el micro delante de un pecho. Tiiin-tiiin-tiiiin. Gana ella por KO. Pierde la revolución a la vieja usanza. Sí, este es un combate que hay que tomarse con filosofía.

Es viernes por la noche. La media de edad no supera los 30. Se ve alguna barba que a primera vista pasaría por ‘hipster’ pero que en unas horas todos compararán con la de algún filósofo griego. Entre el tintineo de botellines de cerveza, aquí se habla de Aristóteles, de rusos locos que desayunan vodka, del más allá, de la vida contemplativa. La filosofía, aseguran, puede ser algo divertido. “Hasta el punto de convertirse en una forma de entretenimiento un viernes por la noche”. ¿Una utopía? Lo es: Utopía 126, se llama este local de Poblenou.

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Esta es la cuarta edición del 'Ring de Filosofía'. “Un espectáculo-concurso de argumentación artística improvisada”, resumen sus ideólogos-filósofos del colectivo Sofívoros. Los contrincantes –sin guion– se baten en duelo defendiendo ideas contrarias. Una especie de “slam de retórica”. En la práctica, una mezcla de batalla de rap, ‘jam’ poética y ‘gag’ surrealista a lo Monty Python. Hasta el público responde frases al unísono como las muchedumbres de ‘La vida de Brian’.

NUEVA FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES CULTURALES

El eslogan de esta edición es: REDvolution. Hoy aprovechan el combate para presentar en público una federación de asociaciones culturales: la RED Cultural Barcelona. “Donde hacemos arte sin-á-ni-mo-de-lu-cro”, Ignasi Poveda remarca cada sílaba gratuita. (La entrada al ring cuesta 4 euros con cerveza). 

Ignasi, una de las cabezas pensantes de Sofívoros, ejerce de árbitro/presentador. Hoy habrá 10 ‘filosofoadores’ (cada uno representa a una asociación de la federación). “Artistas ‘underground’ –describe Ignasi– que tratan de sobrevivir en esta ciudad hostil para el arte”. Pam, primer gancho al aire. Ignasi tira una pelota de goma para elegir al jurado al azar. “Tenemos que perderle el miedo a las pelotas de goma”. Pum. Puñetazo al ojo.

Los contrincantes van subiendo al ring de dos en dos, cada uno con su respectivo ‘coach’ (que apoya al púgil a lo entrenador pero con música: guitarra, flauta, hasta aparece uno con un didgeridoo, instrumento de viento de los aborígenes australianos).

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El primer combate –el más allá contra el más acá– termina con ‘punch’ múltiple. “¿Cuál es la mejor manera de llegar al más allá?”, pregunta desde el ring Andrés Balil. “¡En un taxi!”, responde un espectador. “¡De vacaciones!”, dice otro. “Ser profesor de Religión”. “Ser Mariano Rajoy, que está muy ‘pallá”.

Segundo combate: la luz contra la oscuridad. A Domenikus le toca defender la luz. “¿Me veis?”. “Síííííííííí”, responde el público. “¿Por qué?”. “Porque hay luz”, dicen al unísono como si estuvieran en un ‘gag’. “¿Qué es lo contrario de la luz?”. “¡La oscuridad!”, claman. “La ignorancia”, corrige él. Suena la campana.

TRES HORAS DE GUANTAZOS RETÓRICOS

“No estoy de acuerdo”. Los contrincantes, Danilo Facelli y su ‘coach’, son los únicos con calzones de boxeador. “Se suele pensar bipolarmente: la luz es el saber, y la oscuridad, la ignorancia. Pero en la oscuridad también hay mucho saber, ¿no? “Sííííííí”, les vitorea el público. “¡Apaguemos la luz!”, gritan los dos. “!Apaguemos la luz, por favor!”. “Os vais a volver tontos escuchando a estos”, Domenikus intenta encajar un puñetazo. “Tontos, pero oscuros”, devuelve el golpe Danilo. “Yo soy tu padre”, concluye el ‘coach’ aportando el lado negrísimo de ‘Star wars’.

Quedan por delante tres horas –¡tres horas!– de guantazos retóricos. Hay quienes filosofan con pose de ágora, quienes dan un miniconcierto, incluso hay quien se termina quitando los calzoncillos. “¡Menudo argumento!”, asentirá alguien del público.

Gana Crisal Rodríguez, la de la chaqueta blanca. En vez de con ojos morados, los contrincantes se marchan de este ring con libros de premio. Y se lo piensan antes de apagar la luz.