DESPROPÓSITO MUNICIPAL

Local inexistente pero con IBI

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Es viernes, son las nueve en punto de la mañana y la puerta de la asociación de vecinos de Ciutat Meridiana ya está abierta, pese a que la jornada anterior fue larga (se celebraba el reivindicado pleno de pobreza en el distrito). Filiberto Bravo, presidente de la entidad, prepara el listado de pisos propiedad del BBVA en el barrio para acudir en pocas horas a una reunión de la resucitada mesa de vivienda de la ciudad. Entre los cientos de papeles urgentes que desbordan su mesa, varios requerimientos del Instituto Municipal de Hacienda. Reclaman, contra todo pronóstico, el pago del impuesto de bienes inmuebles (IBI) de la calle de Vallcivera, 1, lugar en el que antaño se levantaba el local de la asociación, que abandonaron a principios de la década de 1990 para la construcción de la actual estación de tren de Torre Baró. "Hace más de 20 años que no tenemos el local y nos siguen reclamando el IBI. Cada vez que recibimos una notificación la pasamos al distrito y ellos se encargan, pero es que ya estamos recibiendo también amenazas de embargo por un local inexistente", explica Bravo.

Lo más descabellado del caso no es, con todo, que sigan siendo requeridos por una construcción de la que fueron desposeídos hace más de dos décadas -en el registro de la propiedad siguen apareciendo como los propietarios-; es que llevan desde que dejaron el lugar, en 1994, en unos barracones "provisionales", en los que, según les prometió el consistorio el día de su inauguración (a la que acudió el propio Maragall), no debían pasar más de dos años.

ESPACIO MUY UTILIZADO

Mandato tras mandato, los vecinos del lugar, rebautizado por ellos mismos como Villa Desahucio, han reivindicado un local "en condiciones" para ejercer su actividad, y mandato tras mandato se han quedado con las ganas. Pese a que en la consulta vecinal realizada para elaborar la larga lista de peticiones del damnificado barrio al presente plan de actuación del distrito (PAD) la construcción del local quedó en las primeras posiciones, de momento no está en la agenda municipal. "Es todavía más injusta la situación teniendo en cuenta que somos una de las asociaciones de vecinos más activas de la ciudad. A nuestras asambleas semanales vienen una media de 100 personas", explica el líder vecinal, muy crítico (también) con el nuevo gobierno local. "Seguimos siendo el extrarradio del extrarradio. Aquí Ada Colau no ha venido ni una sola vez y ya lleva un año de alcaldesa", subraya.

Además de la defensa del derecho a la vivienda, la actividad que ha hecho de esta asociación un referente -han venido de medio mundo a conocerles, estudiarles y retratarles-, en los barracones de la avenida de los Rasos de Peguera se hacen también actividades de carácter lúdico y formativo. De sevillanas a taichí. Las asambleas para parar desahucios, en realidad, han servido para tejer de nuevo complicidades entre vecinos de procedencias muy distintas. Muchas personas llegan a la asociación para evitar perder su casa, pero acaban participando en el resto de luchas -y actividades- del barrio.

PLAN DE BARRIOS

En cuanto a la kafkiana historia del cobro del IBI por el local fantasma, la concejala de Nou Barris, Janet Sanz, asegura que, al ser informada por este diario del despropósito, ha hablado con el Instituto Municipal de Hacienda y han cancelado las facturas pendientes y están poniendo en orden los papeles en el registro para solucionar la abracadabrante situación. Sobre el local pendiente, Sanz asegura que de momento no ha entrado en el PAD por la cantidad de asuntos pendientes en tan necesitado barrio, pero que la voluntad del gobierno local es encontrar un espacio. "Falta saber dónde", asegura la edila, quien confía que la inclusión de la Zona Nord de Nou Barris en la segunda fase del plan de barrios impulsado por el gobierno local ayude a resolver la situación.