El barco del tesoro atraca en Barcelona

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PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Los aficionados a los cruceros verán atracar el domingo en Barcelona el barco de pasajeros más grande, moderno, innovador y apabullante jamás construido. La hostelería, el comercio y los servicios aplaudirán un trasiego de divisas que este verano se traducirá en unos 30 millones de euros solo en el gasto que realicen en la ciudad sus viajeros y tripulantes en 22 rutas con inicio y final en la capital catalana. El sector de vecinos crítico con este tipo de vacaciones pondrá en tela de juicio sus efectos contaminantes. El 'Harmony of the Seas' no dejará indiferente a nadie.

El crucero que bate todos los récords (hasta 6.780 pasajeros en máxima ocupación, 2.100 tripulantes, 227.000 toneladas y 362 metros de eslora) llegará de madrugada al muelle Adossat, con dos terminales conectadas (B y C) para cubrir la operativa. Un despliegue que no tiene secretos para Barcelona porque los dos barcos casi gemelos de la misma serie Oasis probaron el puerto los dos últimos veranos con éxito. Lo novedoso es que una naviera norteamericana elija al sur de Europa para la inauguración más sonada y apueste por la zona en su primera temporada.

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Solo Barcelona, por la calidad de sus infraestructuras portuarias, la ubicación de su puerto, conexiones aéreas y gancho internacional, tiene las características necesarias para avalar la apuesta. Lo importante es que el buque empiece y acabe aquí sus rutas, porque es entonces cuando el impacto económico se multiplica en la ciudad y el peso turístico queda más diluido. Los viajeros que vienen de fuera pernoctan en la ciudad en lugar de permanecer una media de 4,3 horas como sucede en muchas escalas, breves pero intensivas para los puntos turísticos. Quienes duermen dejan una media de 202 euros, según un informe elaborado por el Laboratorio de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona.

1.700 TONELADAS MÁS

Teniendo en cuenta que viajen una media de 6.000 pasajeros por salida (en muchas fechas serán más, pero habría que descontar el volumen de cliente local que no realizará gasto en la ciudad) y 2.100 tripulantes que tienen días u horas libres rotativas, la naviera estima que el gasto generado será de unos 30 millones de euros. A estos habría que sumarles los muchos servicios contratados a empresas locales en tierra: la logistica del embarque con Creuers del Port de Barcelona, de carga de suministros (algunos llegados de centrales de almacenamiento de hubs como Rotterdam otros de cargueros de EEUU) y de avituallamiento de algunos bienes de consumo locales y otros.

El 'Harmony of the Seas' solo mide unos pocos centímetros más de ancho, que se traducen en 1.700 toneladas más que su antecesor. Lo suficiente para entrar en el libro Guinness como la mayor ciudad flotante. Tan grande como para inquietar al ayuntamiento y al sector vecinal crítico con este formato de turismo.

Cabe tener en cuenta que parte del pasaje de este verano, por las facilidades que supone la proximidad, será español, y en especial catalán. Del resto, la mayoría harán noches en Barcelona. Es decir, sin trombas de visitantes acelerados por la Rambla. Otra cosa es el posible impacto medioambiental.

RETICENCIA MUNICIPAL

El equipo de Ada Colau (que no recibirá al barco con honores como sí han hecho las autoridades de Vigo y Málaga en los últimos días en su viaje preinaugural desde Reino Unido) es reticente a este sector vacacional. Reitera, como hace un año, que "prevé poder encargar estudios que valoren el equilibrio coste-beneficio y el retorno social de la actividad". De momento, quiere ser "proactivo" en materia medioambiental por lo que asegura que la Agencia de Salud Pública de Barcelona ha pedido al puerto y la Generalitat que comparen los niveles de contaminación de los días en que el crucero recale en la ciudad y los de un mes antes.

La naviera Royal Caribbean replica que se trata del buque "más eficiente y avanzado tecnológicamente hasta el momento y es un 25% más eficiente energéticamente que cualquier otro de la flota". Está equipado con sistemas de lubricación con aire y un sistema purificador de emisión de gases ('scrubbers'), que eliminan hasta el 98% de las emisiones de sulfuro de hidrógeno. Según los últimos datos -señala el consistorio-, un 7,6% de la contaminación por óxido de nitrógeno de la ciudad tienen su origen en el puerto, aunque los cruceros emiten un 13% de estas, el resto vienen de otros tipos de naves y actividad. Los cruceros generan el 0,2% de las partículas sólidas en suspensión en la ciudad.

DIVERSIÓN FLOTANTE

En el apartado lúdico, el megabarco exhibe cifras de vértigo: 18 cubiertas, 7 'vecindarios' temáticos, hasta 8.880 personas a bordo entre tripulantes y pasajeros, 2.747 camarotes, 20 restaurantes, 23 bañeras al aire libre de hidromasaje, un tobogán en seco de 45 metros, 2.150 toneladas de agua en sus piscinas, 10.587 plantas en su 'central park', 11.252 obras de arte, 32 meses de construcción, 1.000 millones de euros de inversión... 

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En los camarotes sin ventana incluso hay vistas virtuales en tiempo real. Para facilitar la vida a bordo, el buque está sembrado de pantallas informativas. Un aire futurista que se repite en su Bionic Bar con robots camareros, en la conexión a internet más rápida en alta mar o en las pulseras inteligentes para moverse a bordo (WoWBands). Un crucero a la última pero popular, con un precio desde 860 euros más tasas por persona en camarote interior en las rutas mediterráneas de siete noches, con pensión completa.