Viajes al espacio por 15 euros
Lostroom es el primer 'escape room' con realidad virtual. "Y, de momento, el único en el mundo", dice su fundador. El mes pasado convirtió en 'cyborgs' espaciales a 750 personas
Ana Sánchez
Periodista
En vez de “¿cómo estás?”, a ella le preguntan “¿que has hecho qué?”. No sabe cocinar, pero sí tirar hachas. Si le haces una pregunta retórica, lo más probable es que la responda. Autora de ‘Barcelona increíble’ (Ediciones B).
ANA SÁNCHEZ / BARCELONA
“Hay que volar”. Tatiana lo dice con la naturalidad de un superhéroe curtido. “Antes de entrar, tenéis que aprender a volar, a teletransportaros y a disparar rayos láser”. Uno asiente instintivamente, con la seguridad incauta de quien ha visto demasiadas pelis de ciencia ficción. Tatiana estira los brazos a lo Superman. “Así vuelas más rápido –dobla los codos–; así, más lento”. Pues parece fácil volar.
Las instrucciones de la misión espacial apenas duran cinco minutos. ¿Pasamos a la estación espacial? Pasamos a una pequeña habitación más propia de la guarida de un psicópata de ‘Mentes criminales’: paredes negras, seis sillas vacías miran a la pared, una pequeña cámara apunta a cada asiento. Te sientas, te ajustas unas gafas de realidad virtual y, ¡zas!, estás en una nave espacial. Sigues sentado, pero da vértigo echar la vista al suelo: te ves colgando sobre un precipicio espacial. Susurras sin querer “¡Houston…!”, claro, y te miras las manos con la misma incredulidad con la que lo haría el protagonista de ‘Avatar’. “¿Os habéis visto las manos?”, gritas a tus colegas de nave. Pestañeas tres veces seguidas, mueves dedo a dedo, pero ahí siguen: tienes manos de robot.
Esto es Lostroom: el siguiente nivel de los ‘escape rooms’, esos juegos que se multiplican por Barcelona como si fueran capítulos piratas de ‘Juego de tronos’. Si hasta ahora había que escapar en equipo de una habitación en una hora –de un psicópata, de un zombi, de una bomba–, ahora hay que hacerlo volando en gravedad cero.
‘Cosmos’, se llama el juego. Es el primer ‘escape room’ con realidad virtual. “El primero y, de momento, el único en el mundo”, dice Yuri Popov sacando pecho. Parece recién salido de un garaje de Silicon Valley. Tiene 30 años, pero aparenta diez menos. Desayuna frente a un portátil y pregunta casi tanto como responde. Habla inglés con acento ruso. Es de San Petersburgo. Aún no le ha dado tiempo a aprender español y ya ha montado una franquicia con base en Barcelona. Ha vendido ‘Cosmos’ en 10 ciudades de Europa. En EEUU, funciona en Los Ángeles y Seattle.
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¿Por qué acabó en Barcelona? “Hice un estudio de mercado”, responde. En San Petersburgo había 200 ‘escape rooms’. En Moscú, 300. En Barcelona, 20 (ahora habrá unos 50, calcula). “A los rusos les encantan”, se ríe. Hace cuatro años que se pusieron de moda allí. Ahora tienen casi entidad de plaga bíblica. Hasta se ha organizado un ‘escape room’ para que jugaran 200 personas a la vez en una fábrica, señala. “En Rusia todo es muy rápido. En Barcelona las cosas llevan su tiempo”. Aun así, el ruso predice que el próximo año abrirán 100 ‘escape rooms’ aquí.
SOBREDOSIS DE PASTILLAS ROJAS DE ‘MATRIX’
Hace un año que Yuri instaló Lostroom en Roger de Flor. “Guau” es la palabra que más repiten sus clientes, dice. “Normalmente es su primera experiencia virtual”. Y, sí, la primera impresión es de haber tomado una sobredosis de las pastillas rojas de ‘Matrix’.
Durante una hora estás en el pellejo de un avatar ‘cyborg’. Te ves manos y piernas de robot, miras a tus compañeros de equipo formato Terminator volando de aquí para allá mientras te saludan con las manos. Puedes mover los objetos que te encuentras, interactuar frente a frente con los amigos que en la vida real tienes sentados a tu espalda. Disparas rayos láser, pruebas tu maña con la telequinesia. Vuelas. “Lo más increíble es que nuestro cerebro no diferencia lo que es realidad y lo que es realidad virtual –explica Yuri–. Por eso es tan increíble. Tú sabes que es falso, pero tu cerebro cree que es real”.
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“Es el futuro –añade el ruso–. Eso dice Mark Zuckerberg”. Hace meses que lo repiten los tecno-‘popes’: el mundo se llenará de experiencias VR (las iniciales en inglés de realidad virtual). Habrá 171 millones de usuarios en el 2018, augura el portal Statista. “Es el futuro de los juegos –añade Yuri-. En dos, tres años, mucha gente tendrá gafas de realidad virtual en casa. Quizá –puntualiza–. Son un poco caras: 600 euros. Y tienes que tener un ordenador muy potente”.
Viajar al espacio en equipo cuesta entre 15 euros (6 jugadores) y 22,50 (2). El mes pasado lo probaron 750 personas. Lostroom tiene en marcha otros tres juegos. El mes que viene estrenará uno de terror-fantasía, tipo ‘Juego de tronos’. ¿El secreto del éxito? “Creo que el más importante –responde Yuri– es no abandonar”.
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