Domingos de tiendas para todos...

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PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Barcelona sigue aprendiendo a marchas forzadas a tratar de sacar provecho al turismo a la par que equilibrar los intereses de unos y otros. No solo de turistas y autóctonos, sino especialmente los que dividen a estos últimos. El asunto de los horarios comerciales en festivo lleva de cabeza al comercio y al consistorio: hay conciencia de que hay que abrir para aprovechar ese caudal viajero de los fines de semana, pero todavía no se ha dado con la fórmula para hacerlo sin sacudir (según reclama el comercio tradicional) los hábitos compradores de los barceloneses. Este será el segundo domingo de tiendas abiertas con fines turísticos de la era Colau, y todavía hay mucho por pulir.

El pasado domingo, el debut de las aperturas en mayo y octubre (con tres y dos domingos respectivamente) pasó con más pena que gloria por culpa de la lluvia. Aún con todo, en Barcelona Oberta, la entidad que aglutina a los ejes comerciales más céntricos (la gran mayoría de la zona de apertura autorizada), consideran que la experiencia resulta más positiva que hacerlo en pleno verano, como el año pasado, cuando ya hay rebajas y acude un turismo más popular. Las expectativas son altas este próximo domingo, porque la coincidencia con la F1 ha llenado muchos hoteles de Barcelona y genera, tradicionalmente, un gran negocio en la restauración, servicios, ocio y compras. La meteorología también parece más prometedora.

Pero además de abrir, hay que comunicarlo bien.Y es que estos cinco domingos extra (más allá de los 10 que autorizan Generalitat y ayuntamiento y que suelen coincidir con Navidad y las rebajas) han ido moviéndose en el calendario y generando confusión en el sector y en sus destinatarios. En este sentido, Turismo de Barcelona y el área de Comercio municipal han ido de la mano para impulsar una campaña de promoción a contrareloj. El controvertido calendario se aprobó en febrero y logró presupuesto para hacer algo de pedagogía en abril.

MENSAJE REPARTIDO

Con unos recursos modestos, pero que los comerciantes del centro agradecen como avance de la implantación de la medida, se ha creado una imagen de los Barcelona Shopping Days (igual que hay una shopping night), aunque en ausencia de la palabra Sundays (domingos). Puede verse en 300 banderolas y en material promocional. Pero se da la circunstancia de que estos carteles publicitarios han sido repartidos por el ayuntamiento en zonas (en general) de escaso trasiego turístico, como el paseo de Maragall con la Font d'en Fargues y que parecen más enfocadas al vecino.

Cabe recordar que los pactos sectoriales sobre horarios comerciales en festivo han enfrentado en los últimos años al comercio de barrio aglutinado en la Fundació Barcelona Comerç, que reniega de las aperturas especiales tanto por su conciliación familiara como para evitar que el cliente local gaste su dinero el domingo en el centro, y a Barcelona Oberta, que quiere aprovechar el filón turístico. La condición inicial de los primeros fue que el horario fuese restringido (hasta las 18.00 horas, el año pasado) precisamente para evitar una fuga de clientes de barrio. Este año se ha logrado estirar hasta las 20.00 pero con el objetivo municipal de no cambiar los hábitos ciudadanos.

Por eso, anunciar que las tiendas están abiertas fuera del circuito turístico no será muy práctico para el viajero, más allá del que llegue en coche y lo vea en algún acceso a la ciudad. Los carteles penden de postes de Santaló (entre plaza Adriano y Via Augusta), la Gran Via (de Bilbao a Espronceda), Llull (de Wellington a Zamora), la ronda del Mig (Diagonal a Prat de la Riba) y, esta sí en el centro, en Trafalgar. 

Y aunque el objetivo de la campaña es el visitante (la apertura obedece al decreto del Gobierno que obliga a abrir en municipios turísticos), se ha dirigido también a los locales y visitantes de comarcas, ya que la información se lee en catalán, castellano e inglés. Se completa con planos y guías que se distribuirán en algunos hoteles y en puntos de información turística, tarjetas de descuentos y unas bolsas promocionales. Y cómo no, con acciones en facebook e instagram

Un paso adelante que los ejes comerciales céntricos valoran, pero que precisa de "más recursos", dicen, para que el mensaje llegue a las agencias receptivas y los servicios vinculados al turismo, que se dispara los fines de semana. Lo cierto es que la información turística sobre La Roca Village, la meca de las compras del viajero con hambre de tiendas en domingo, es mucho más presente en cualquier hotel.