"Hay que sacarse el miedo de hablar mal"
Los asistentes a las convocatorias de intercambio de idiomas suelen ser asiduos y les encanta conocer gente de medio mundo
"La mejor forma de aprender idiomas es con una superficie mullida de por medio", opina Tino Martínez, que frecuenta desde hace unos meses los grupos del Bar Berenjenal de Diputació, 215 y otras convocatorias. Tiene "45 y pico años", bromea, y acude con un objetivo claro: "Hay que sacarse el miedo a hablar en inglés", aunque sea mal. Aguarda solo en una mesa, siempre la misma, a que el espacio se vaya llenando, un viernes por la noche. En otras mesas ya bullen conversaciones bilingües. Para él, las academias son un "coñazo" y le motiva más la charla cotidiana.
Opina este empresario de hostelería que los métodos de las escuelas se han quedado atrás ante las nuevas fórmulas de aprendizaje. Le sucede además, como a otros asistentes, que le resulta más fácil entender el inglés que llama "internacional" de extranjeros de medio mundo que allí lo hablan con fluidez, que el de estadounidenses o británicos. Con una libretita, va anotando lo que aprende y le puede ser útil en su rutina.
EVITAR LA OXIDACIÓN
A unos metros, David Merchan, de 44 años (aunque no faltan veinteañeros esa noche), llegó al grupo por el boca a oreja. Había vivido en Inglaterra y tenía miedo a que se le oxidara el inglés verbal, que también necesita en su día a día en una empresa americana de informática. En ese momento toca charla en inglés, en breve, será el momento de hablar en español para los extranjeros que están también ávidos de poner en práctica lo que aprenden en academías locales durante su estancia en España. "Me gusta enseñarles también a ellos", asegura, en una mesa donde predominan las cañas de cerveza.
{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Algunos participantes tienen alergia\u00a0","text":"a las academias m\u00e1s tradicionales y acuden a charlar mientras toman nota de nuevas expresiones en una libreta"}}
En este caso, cuenta Dysart Aymerich, propietario del negocio, el objetivo del encuentro semanal no es el negocio -el tipo de público, con estudiantes de paso y gente joven, consume poco-, asegura, sino dar a conocer el espacio y dinamizarlo. Incluso invitan a un trago a los 50 primeros asistentes de sus potentes encuentros (normalmente entre 60 y hasta 150 personas) de los viernes, que se anuncian con un gran cartel en la puerta y han sido imitados por otros locales del barrio. Incluso tienen una convocatoria para aprender ruso. Muchos de sus clientes vuelven otras noches tras descubrir los mojitos preparados con maestría, por 3,5 euros, y que les han dado fama en el Eixample izquierdo.
DESCUBRIR BARCELONA
Melinda, una estudiante de español norteamericana de 27 años, conforma la otra cara de la moneda. Está inscrita en una decena de grupos de intercambio y enganchada a la experiencia. Descubrió por una amiga que los barceloneses estaban encantados de aprender inglés en cara a cara con desconocidos y al calor de una copa, y aprovecha su dominio de la lengua para devorar las nociones de español que se le brindan al caer la noche. "Es tan importante esto como las clases oficiales", explica. Los encuentros le han servido, además, para "descubrir muchas cosas de Barcelona que no pone en las guías", como tiendas especiales, restaurantes, hábitos de los barceloneses y hasta nuevos amigos que le pueden echar una mano. De ligar no quiere saber nada, porque espera que su pareja se reúna con ella en la ciudad en breve.
Viendo que muchos participantes se quedan con ganas de charla de madrugada, cada vez más grupos (de intercambio, no de conversación con profesor) dilatan la cita, con ruta hacia discotecas.
- BarcelonaVídeo | Las olas causadas por la borrasca 'Nelson' vuelven a comerse las playas de Barcelona
- Tráfico y transportesEstos son los cambios en el permiso de conducir para los mayores de 70 años
- SanidadLa tosferina se dispara en Catalunya: los casos de este año ya multiplican por 13 los de todo 2023
- SociedadCuando el 'bullying' lleva al suicidio: el lado más crudo del acoso escolar
- DeportesEl dueño de la Fórmula 1, cerca de cerrar un acuerdo para comprar MotoGP por 4.000 millones de euros
- Ocio y CulturaMuere la periodista Anna Pérez Pagès, rigor y compromiso con la cultura
- SociedadDani Alves acude a firmar a la Audiencia de Barcelona para cumplir con las medidas impuestas para su libertad
- SociedadDestrozos, puñaladas y "fiestas con escorts" en los nuevos rascacielos de lujo de Madrid: "Me fui por miedo