UNA HISTORIA DE LES CORTS...

El palacete Abadal, la casa ilustre de Les Corts

La actual sede de un banco, en la esquina de Capità Arenas con Diagonal, albergó en menos de un mes a un lendakari que huía hacia el exilio y al dictador Franco

El palacete Abadal, desde el lateral de la Diagonal.

El palacete Abadal, desde el lateral de la Diagonal.

PATRICIA BARAJAS / BARCELONA

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Los años 20 fueron para la ciudad una época de crecimiento gracias a la industrialización y a la Exposición Universal de 1929. La familia Abadal, que por aquel entonces vivía en el paseo de Gràcia, decidió comprar un solar de 4.000 metros cuadrados en la avenida de Alfonso XIII número 17 (actualmente, la Diagonal), esquina con Capità Arenas) para construir su nueva vivienda, el palacete que ahora lleva su nombre. "Francesc Abadal encargó la construcción al arquitecto Adolf Florensa, una de las figuras más importantes dentro del Noucentisme", dice Josep Morán, filólogo e historiador.

Las obras acabaron en 1930. El edificio, de tres plantas, tenía 14 dormitorios, dos comedores, dos cocinas, despachos y hasta un oratorio. La familia vivió ahí seis años hasta que en 1936 huyó a Italia a causa de la inestabilidad social y política que atravesaba el país.

PROYECTO DE HOTEL

Los Abadal decidieron ceder el palacete a la Generalitat como residencia de personalidades. "Nadie lo diría pero el lendakari vasco José Antonio Aguirre y Francisco Franco, con un intervalo de casi un mes, se hospedaron en el palacete", añade Morán. El primero lo hizo en enero de 1939, antes de exiliarse, y el segundo, el 21 de febrero del mismo año cuando las tropas franquistas ocuparon Barcelona. Al acabar la guerra civil, la familia Abadal recuperó la residencia y la zona se fue urbanizando: la residencia de oficiales del Ejército (delante), el Camp Nou, la ronda del Mig, El Corte Inglés...

En 1988 los Abadal vendieron el palacete al grupo hotelero HUSA, presidido por Joan Gaspart, por 450 millones de pesetas. El proyecto hotelero no cuajó y finalmente la entidad financiera Fibanc lo compró en 1995. El edificio fue remodelado para poder acoger las oficinas del banco. La estética exterior quedó intacta y en el interior se conservaron dos comedores y un salón. Se aprovechó también para construir dos plantassubterráneas. En el año 2000, el grupo italiano Mediolanum compró Fibanc y ahora el palacete alberga el Banco Mediolanum.