El incierto estreno de 'Colau desencadenada'

Ada Colau, en el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, durante las pasadas fiestas de las Mercè.

Ada Colau, en el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, durante las pasadas fiestas de las Mercè. / periodico

RAMÓN VENDRELL / BARCELONA

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Embridada ha gobernado la ciudad hasta ahora Ada Colau y embridada es muy posible que tenga que seguir haciéndolo por tiempo indefinido. Nada ha cambiado pasados los hitos de las autonómicas y las generales: el 'procés' es todavía el tótem alrededor del cual danza enloquecida la política española y no digamos la catalana, de manera que si antes de ambos comicios ERC (independentista) y PSC (unionista y contrario a la consulta soberanista) descartaron pactos estables con Barcelona en Comú (partidaria del referéndum) porque podían distorsionar la postura del partido al respecto del ídolo (o anticristo) no hay motivo para pensar que ahora vayan a sellarlos. Así las cosas el estreno de 'Colau desencadenada' es incierto y más bien parece que de momento a la alcaldesa no le va a quedar otro remedio que continuar arrancando acuerdos a republicanos y socialistas hasta para las menudencias. Es lo que tiene gobernar con solo 11 concejales de 41. 

El 2016 será divertido en Barcelona, al menos para los fans de las montañas rusas. Aunque la participación vecinal en los asuntos de calado tiene un indeseado efecto ralentizador, más pronto que tarde se espera el fin del veto temporal de todo tipo de nuevos alojamientos turísticos en toda la ciudad y el plan municipal surgido del análisis del sector. La incógnita es hasta dónde planteará Colau poner freno a unos negocios sin duda desbocados pero a la vez núcleo de la principal industria de la ciudad, no otra que la turística. Por si sirve de pista, amén de decretar la moratoria de licencias de hospedaje, ha impuesto las primeras sanciones municipales a plataformas en internet que anuncian pisos vacacionales sin licencia. 

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Asimismo han de caer este año la modificación de la normativa de terrazas (¿dirá algo sobre la disparatada multiplicación de contaminantes estufas?), la auditoría de los cruceros y los consiguientes movimientos, y las resoluciones sobre las reformas paralizadas de la Rambla y el Paral·lel, tentáculos todos del kraken turístico. Todo ello definirá el modelo de Barcelona como ciudad de vacaciones de Colau.

Un 'looping' del año será la presentación de los informes encargados por BC sobre la conexión del tranvía por la Diagonal, con la intención indisimulada de llevarla a cabo. Se avecina pelea con Xavier Trias.

¿QUÉ PASA CON CAN VIES?

Y una decisión impostergable es la que atañe a Can Vies. Será muy simbólico para los antisistema y un asunto muy delicado para BC, pero no es plan que la reforma del lado mar del cajón de Sants cesté en suspenso por una finca.

Por lo demás pronto podremos ir al aeropuerto en un nuevo tramo de la L-9 por 4,5 euros, deberían empezar de una vez por todas las obras en el escacharrado eje de Pere IV y, más avanzado el curso, terminará el plazo de vista gorda dado a los ciclistas para circular por las aceras de menos de cinco metros de ancho, esto es prácticamente todas las de la ciudad, incluido el Eixample.