LOS TRÁGICOS EFECTOS DE LOS ACCIDENTES DE TRÁFICO

Bicicleta fantasma en la Diagonal

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CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Dejaba unas flores; quizás se quedaba un rato, en silencio. Y se marchaba, sin hablar con nadie más que con ella, a la que perdió hace ahora cinco años. Las rosas blancas las acompaña en esta ocasión de una bicicleta, también blanca. Es así como se recuerda a los ciclistas muertos en accidente de tráfico. La instaló hace un par de domingos, sin apenas testigos. A lo sumo, unos pocos turistas que debían bajar de la Sagrada Família. “¡Cinco años sin ti!”, se lee, junto a la foto de la víctima, asida al cuadro. Sucedió en Diagonal con Nàpols en el 2010, pero poco o nada se sabe del caso concreto, de las circunstancias de la tragedia. Solo que cada año, este hombre anónimo regresa al lugar que le quitó parte de su vida.

Ester es la propietaria de la peluquería homónima situada frente al árbol. Alarga las palabras para explicar que el señor viene en ocasiones acompañado de dos niños, que tendrán unos 10 años, y que algunas veces ha venido también por Sant Jordi para depositar una rosa, en este caso, roja. Y que no es del barrio, porque no lo tienen visto. Se nota que a Ester le apetece acercarse a hablar con él tras un lustro de testimoniar su pena. "Nunca me he atrevido...". "Los de parques y jardines nos dijeron que no la quitarían porque ya saben de qué va", cuenta la peluquera.

CHOQUE DESIGUAL

Normalmente es la comunidad ciclista quien la coloca, en un acto sobrio que reúne a otros compañeros de la bici urbana. Se las conoce como bicicletas fantasma (ghost bikes) y la primera se instaló en Saint Louis (Misuri, Estados Unidos). No ha sido el caso de Diagonal con Nàpols. El hombre no convocó a nadie ni parece esperar espaldarazo alguno. Pero el hecho de que la haya instalado permite intuir su indignación ante un siniestro vial que siempre es desigual: el de un ciclista con un vehículo de motor. 

La última bicicleta blanca en Barcelona se instaló en enero del 2012 tras un accidente mortal que costó la vida a una ciclista de 48 años. Circulaba por Diputació y un camión giró hacia Aribau sin percatarse de su presencia. La bici aguantó algunas semanas, pero el ayuntamiento acabó por retirarla. lo mismo había hecho unos años atrás, en el 2008, cuando se colgó otra 'ghost bike' en un poste de Consell de Cent con Bruc, que tampoco duró demasiado. Del mismo modo que muchos familiares colocan flores en el lugar en el que perdieron a un ser querido, sea en la carretera o dentro del casco urbano, la comunidad ciclista recuerda a los suyos con una bicicleta blanca, inmaculada. Con la que, además de rendir homenaje, reclaman una seguridad que a menudo, en la gran ciudad, se les niega.

DE MINSK A SINGAPUR

Resulta sobrecogedor navegar por el mapa de bicicletas blancas del mundo. Cerca de Minsk (Bielorusia), Andrei Zabava falleció cuando fue embestido por un conductor borracho que circulaba a 160 kilómetros por hora. En Sydney, una bici recuerda a Konrad Bienka, un chico de 27 años que murió aplastado por un camión. En Roma, un coche se coló en el carril bus y embistió a Paride Emanuele Idda, de 24 años. En Singapur, Benjamin Mok (35 años) recibió el impacto de un vehículo pilotado por otro loco con copas de más. Perdió la vida poco después en el hospital. En España hay localizadas seis 'ghost bikes'. En Catalunya, además de las ya citadas de Barcelona, hay otra en Montfullà (Gironès), donde en el 2007 una joven colombiana de 29 años fue atropellada por un coche cuando recorría la antigua vía del ferrocarril a Olot que transcurre junto a la carretera N-141. Las otras bicicletas blancas están en Madrid, Sevilla y Valencia.