Impulso a la movilidad sostenible

Trabajo profesional

En la tienda 8 Santalices (derecha) recibe a una empresa sevillana que fabrica bicis de madera.

En la tienda 8 Santalices (derecha) recibe a una empresa sevillana que fabrica bicis de madera.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Miquel Santalices sabe mucho de bicicletas. Para lo bueno, gracias a su tienda Espai Bici, en el corazón del Eixample barcelonés, y para lo malo, con malas rachas, desengaños políticos y promesas incumplidas. No es pesimista, pero sí precavido. Sobre la posibilidad de realizar el registro de bicicletas en el propio comercio, dice «sí», pero no a cualquier precio. «No creo que debamos ofrecer un servicio gratuito. Del mismo modo que el mecánico te pasa la ITV y te cobra, nosotros debemos hacernos valer». Y otra cosa: «O se involucra todo el mundo, con protocolos serios, o esto no servirá de nada», incide.

En estos últimos años, la plantilla de su negocio se ha reducido a menos de la mitad. Lo han pasado mal. Primero, por culpa del Bicing, que les arañó clientela, y más tarde por la crisis. Recuerda que hace aproximadamente 14 años, el Ayuntamiento de Barcelona, gobernado entonces por el PSC, encargó a un grupo de expertos un estudio sobre cómo minimizar los robos de bicicletas en la ciudad. Propusieron, entre otras medidas, crear un registro de bicicletas. Santalices estaba entre ellos. Y seguro que entonces era algo más cándido que hoy. «Ahora solo falta que nos dediquemos a hacer el trabajo de la Administración», se queja.

No lo dice, pero de sus palabras se sobreentiende que le genera cierta rabia que la bici no sea a veces tomada en serio. Por parte de todos. Por eso reclama a los propios usuarios que aprendan «cómo deben atar la bicicleta y la necesidad de cuidarla como lo hacen con el coche o la moto» y a la policía que ponga «en marcha protocolos comunes de actuación y que compartan datos entre ellos». Se refiere, sobre todo, a los depósitos de bicicletas robadas repartidos por toda Catalunya. «¿Quién los controla?». «Como profesionales, nosotros estamos dispuestos a aportar lo mejor de nosotros. Lo único que queremos es que todos los implicados hagan lo mismo. Ahora, tal y como está montado todo, la maquinaria para recuperar una bicicleta en Catalunya no funciona».

Santalices lleva tiempo poniendo en práctica el registro gremial. Aunque a pequeña escala. Ya ha sucedido en varias ocasiones que ha entrado en su tienda una bicicleta cuyo propietario no cuadraba con la ficha que él había elaborado en el pasado, cuando esa máquina había pasado por su taller. De esa experiencia, y de la respuesta que obtuvo en cada caso por parte de la policía, concluye que «es imprescindible un solo protocolo de actuación». Añade«Me he encontrado de todo: me han dicho que no toque la bici, la han venido a buscar, me han pedido los datos del afectado..., nunca un método único».

«Tomarnos en serio»

Para el copropietario de Espai Bici, es necesario que la política de confidencialidad de datos esté bien trabajada, y que toda la información sea compartida para que no suceda lo que pasa hoy con distintos registros que funcionan como compartimentos estancos. «Si queremos que el sistema funcione, debemos dar buena imagen, tomarnos muy en serio el trabajo y ser muy profesionales». Para ello, recomienda establecer un sistema de registro que vaya más allá del número de serie. «Debemos pensar en una identificación bien visible y fácilmente legible para que de verdad sea disuasoria para los ladrones».

De lo que se trata, en resumen, es de generar una red de confianza. Pero, reza Santalices, basada en la profesionalidad y el trabajo bien hecho. Así habrá más bicis. Y él y sus compañeros de gremio podrán recuperar a su gente.