DÍA DE TODOS LOS SANTOS

93.000 personas visitan a sus muertos en Barcelona

La afluencia baja con respecto al 2014 por la apertura de centros comerciales y el día ventoso

Momento de recogimiento en el cementerio de Montjuïc.

Momento de recogimiento en el cementerio de Montjuïc.

MAURICIO BERNAL
BARCELONA

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En estos tiempos en que el consumo es rey, la apertura de centros comerciales un día domingo tiene el poder de competir con todo, incluso la vieja costumbre de visitar al muerto de la familia. Los cementerios de Barcelona recibieron 93.000 visitas ayer, día de Todos los Santos, es decir, 2.000 personas menos que el año pasado, y la diferencia, según Cementiris de Barcelona, tiene que ver con eso, la competencia de las grandes superficies, que tenían permiso para abrir. «Quizá la gente ha preferido hacer shopping», deslizaba Marta Aladrén, directora de comunicación y calidad de la empresa municipal. «Además, hacia las horas del mediodía ha soplado un viento importante, y tal vez eso también ha frenado a la gente». En general, los muertos carecen del saludable poder de convocatoria de otros tiempos: hace dos años la jornada arrojó 90.000 visitas, y entonces se atribuyó a que la fiesta caía en puente.

Además, la movilización empezó tarde. A media mañana, en la entrada del cementerio de Les Corts, las floristas miraban boquiabiertas la falta de movimiento («son las diez y no hay nadie, cuando otros años a esta hora la gente estaba haciendo cola para comprar»), y si alguna sonrisa esbozaron debió de ser más tarde, cuando los deudos perezosamente empezaron a desembocar en el lugar. «La gente ha empezado a ir a los cementerios hacia las once y media y las visitas se han concentrado entre esa hora y las dos y media», explicaba Aladrén. Sumadas a las que han tenido lugar desde el pasado día 24, cuando empezó oficialmente la campaña de Todos los Santos -hay quienes reverencian a sus difuntos en los días previos a la fiesta propiamente dicha, entre ellos muchos que con toda seguridad siguen asociando el 1 de noviembre con una pesadilla de aglomeraciones y codazos- las visitas sumaron 181.000.

Difuntos en las alturas

Siendo como es una fiesta para mayores -los jóvenes, en general, no tienen muertos que saludar-, los usuarios apreciaron especialmente la iniciativa de Cementiris de poner escaleristas en todos los cementerios. «Es un servicio que estrenamos este año y que ha tenido mucho éxito, y que seguramente vamos a volver a ofrecer los próximos años». Los visitantes son gente mayor y les cuesta llegar a los nichos altos. Alguno quizá habría tenido que dejar las flores en el suelo, o pedir el favor al primero que pasara por ahí. En lugar de eso, recibían información en la entrada o identificaban a los escaleristas por su escalera, y porque estos se identificaban como tales. «¿Le ayudo con esas flores, señora?» Acaso dos abuelos, acaso saludando a un hermano, acaso a un padre fallecido hace tiempo. Mientras tanto, un desconocido trepaba hasta el nicho y depositaba con cuidado la ofrenda.