APUESTA POR LA MOVILIDAD SOSTENIBLE

El uso del Bicing retrocede mientras en Barcelona sube el número de ciclistas

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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La bicicleta es el medio de transporte que más ha crecido en la última década en Barcelona. Cierto es que la movilidad se ha visto sacudida por una crisis que forzaba al ahorro y que ha llevado a muchos conductores y usuarios del bus a pasarse al ciclismo urbano. En paralelo al aumento de la comunidad a pedales, se ha producido un declive del Bicing. En los últimos cuatro años, el número de desplazamientos en bici por Barcelona ha crecido un 15,5%, pero el porcentaje que hay que agradecerle al servicio público ha caído un 16,6%. En este mismo periodo, la cifra de abonados se ha desplomado un 21%. Y todo esto, a menos de un año para que el gobierno de Ada Colau convoque el nuevo concurso, ya que se termina el contrato de 10 años con el actual concesionario, la empresa Clear Channel.

Cuesta imaginar que una ciudad liderada por Barcelona en Comú (BC) quiera ceder de nuevo el Bicing a una multinacional estadounidense que se dedica a la explotación de espacios de publicidad en la vía pública. En cualquier caso, no se puede vetar a nadie en la convocatoria que debería empezar a prepararse cara al cambio de ciclo, que se producirá en marzo del 2017, diez años después de que Jordi Hereu diera las primeras vueltas en un invento que, en su prueba piloto, era de color azul.

REVISIÓN DE TARIFAS

El programa electoral de Colau no dedica un generoso espacio al sistema que Xavier Trias amplió con 300 unidades eléctricas. Pero sí lo menciona, así que queda descartada la posibilidad de que la ciudad se quede sin él. Así lo confirma un portavoz del ayuntamiento, que asegura que la «apuesta del nuevo gobierno por el Bicing es firme». La misma fuente señala que la bicicleta pública «ha sido una muy buena apuesta para Barcelona en materia de movilidad sostenible», y avanza que en breve, aunque todavía no se puede entrar en concreciones, «se empezará a redactar el pliego técnico y administrativo para el nuevo contrato». «La voluntad es que siga siendo una plataforma para acercar la bici compartida a los ciudadanos que no la usan y promover de manera indirecta el uso de la bici privada de manera más intensa».

EJEMPLOS CONCRETOS

El ayuntamiento hizo público la semana pasada el informe completo con los datos de movilidad del 2014. El resumen, presentado en marzo, ya demostraba que la bicicleta se expande, pero el detalle muestra una imagen mucho más nítida, con ejemplos concretos: una veintena de carriles bici de la ciudad disponen de contadores que miden el paso de ciclistas.

En solo un año, registraron un incremento del 9,1%, y en los últimos cuatro, del 14%. Si solo se analizan las del sistema Bicing, hubo un descenso del 1%, lo que viene a demostrar que en Barcelona cada vez se apuesta más por la bicicleta particular. Viene a la cabeza el concejal de Movilidad del mandato anterior, Eduard Freixedes, al que le afearon sobremanera que dijera que si alguien apostaba por la bici como medio de transporte habitual, diario, quizás debería pensar en comprar una. Parece que el tiempo, y ahora la voluntad de Colau, le dan la razón.

El corredor ciclista que más ha crecido en estos cuatro años es el de Enric Granados, con un incremento del 80,5% del número de bicis que pisaron el contador instalado bajo el asfalto. Es así, a pesar de que el carril es invadido a diario por furgonetas de reparto que despachan en los numerosos restaurantes y bares de la zona. También ha aumentado de manera espectacular el de la calle de la Marina (un 75%), ampliado en los dos últimos años, lo que viene a confirmar un secreto a voces: cuando hay espacio propio, cuando el ciclista tiene corredor seguro, lo usa de manera intensa. También se ha disparado la circulación en los del paseo Marítim de la Barceloneta (41%) y en el de paseo de Sant Joan (43,2%), donde se ha acometido una profunda reforma.

CARRILES A LA BAJA

Por contra, la intensidad ciclista ha bajado de manera considerable en el contador de la calle de la Diputació con Comte d'Urgell (-39,3%), lo cual quizás se explique por el nacimiento del carril bici de Provença, más tranquilo. También cae el de Gran Via con Vilamarí (-28,8%). El contaje realizado solo a las unidades del Bicing arroja otro dato que demuestra que el servicio pierde presencia, pues en los dos últimos años, en los mismos 20 cruces, han pasado un 3% menos de bicicleta rojas y blancas.

El crecimiento de la bicicleta en Barcelona es indiscutible. Se ha pasado de 118.151 desplazamientos en el año 2011 a 136.440 en el 2014, un 15,5% más. Si se coge el dato del 2009, el porcentaje escala hasta el 33% más de viajes a pedales. Este dato no se ha visto correspondido con un incremento similar del número de aparcamientos en la calle. En cuatro años, se ha pasado de 21.673 anclajes a 23.559, un 8,7% más.

El crecimiento del medio vivirá momentos de incertidumbre dentro de un año, cuando termine la moratoria de 18 meses para expulsar a las bicis de la mayoría de las aceras. La modificación de la ordenanza, aprobada en febrero, daba pábulo al deseo del exalcalde Xavier Trias de evitar el conflicto entre ciclista y peatón. Se dio ese plazo para ampliar la red ciclista. Pasado el verano del 2017, se verá el resultado.