LA FUENTE D'EN VINYES DE AIGUAFREDA

Un trago de nostalgia

Liz Sánchez pasó en la fuente d'en Vinyes gratos momentos de su adolescencia

Un grupo de personas llena sus garrafas en la fuente d'en Vinyes.

Un grupo de personas llena sus garrafas en la fuente d'en Vinyes.

EROS LÓPEZ

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Pese a que el núcleo urbano actual de Aiguafreda se formó alrededor de una herrería situada cerca del camino que enlazaba Barcelona con Vic, de la que se tiene constancia a mediados del siglo XVI, la primera referencia al topónimo, en latín (Aqua frigida), se remonta al año 898. El acta de consagración de la iglesia de Sant Martí de Congost bautizaba así el lugar y sus proximidades en clara alusión a las aguas que por allí circulaban en forma de ríos, arroyos, rieras o fuentes, muy abundantes en el pueblo. La de los Enamorats es seguramente la más conocida de la zona, situada al principio o al final del término, según se llegue a él desde el norte o el sur. Eric y Toñi estuvieron aquí y dejaron su inscripción con un corazón dibujado entre sus nombres, igual que lo hicieron otras parejas como Arnau y Judith u Olga y José. No es el caso de Liz Sánchez, quien solía acudir en familia a este municipio limítrofe con la comarca de Osona durante su adolescencia para pasar el día junto a la fuente d'en Vinyes, al otro lado del pueblo.

Ella y su familia solían coger el desvío previo a la entrada principal de la población desde Barcelona y recorrían en coche el camino de tierra hacia la fuente, cuyo acceso no está indicado por ningún cartel. Para encontrarla hay que llegar hasta el final del camino, donde unas cadenas que delimitan una finca privada impiden proseguir por la vía sin asfaltar. A mano izquierda descienden unos escalones que conducen directamente al surtidor. La verdad: si no lo sabes, no llegas.

Liz recuerda que 40 años atrás había una explanada contigua en la que los conocedores del secreto desplegaban las sillas y la comida: ensalada, tortilla de patatas, ensaladilla rusa, carne rebozada... Cuando era preciso, encendían una hoguera, algo que ya no está permitido. Ese terreno era lo suficientemente amplio como para sus primos, de quienes Liz se encargaba al ser la mayor, se divirtieran jugando a la pelota y correteando. Pero ahora el terreno está impracticable, y donde antes se entretenían los niños y descansaban los padres crecen ortigas y otras plantas silvestres que se levantan casi dos metros del suelo. De hecho, si no fuera por los vecinos que periódicamente se acercan a la fuente y adecentan el ramal que lleva hacia ella, estaría aislada por el follaje.

La cercana Riera d'Avencó, que servía de nevera para melones y sandías y de zona de baño para Liz y su familia, ha perdido igualmente el esplendor del pasado. Antaño pletórica, pues gozaba de un caudal constante y abundante durante todas las estaciones, a día de hoy el agua se filtra en cotas más altas y discurre de manera subterránea, así que a duras penas hay algunos charcos a modo de estanque en su lecho.

La fuente d'en Vinyes, cuya ubicación original se encontraba tres metros más arriba del lugar actual, presume de tener una de las mejores aguas del Montseny, en cuanto a la calidad. Por ello una pareja de ancianos rellena un montón de garrafas con el agua que emana de la fuente y las mete en el maletero de su coche, acto que emula, a menor escala, un ciclista que pedalea diariamente doce kilómetros para colmar su cantimplora y regresar a casa saciado. El encanto que recuerda Liz ha menguado, aunque este rincón conserva, sin ninguna duda, su atractivo por lo recóndito de su emplazamiento y la pureza de sus aguas. Y para Liz siempre será un vergel: al fin y al cabo parte de sus recuerdos de infancia y adolescencia habitan allí, entre tortillas de patatas y chapuzones.

ACCESOS

Conducir por la C-17 hasta Aiguafreda. Allí, tomar la carretera de Ribes hasta la rotonda y girar hacia la calle de Avencó, que se convierte en un camino de tierra. Hay que seguirlo hasta el final.

ALOJAMIENTO

El Hostal l'Esquella, que cuenta con nueve habitaciones (tres individuales y seis dobles), y el albergue Casanova de Sant Miquel, a 4,5 kilómetros del pueblo .

INTERÉS TURÍSTICO

El Gorg de la Sort, los cinco dólmenes de Aiguafreda y el conjunto arquitectónico de Aiguafreda de Dalt, con la iglesia de Sant Martí de Congost.

SOLO EN AIGUAFREDA

El agua de sus fuentes hace honor al nombre: está muy fresca.

Información turística: http://www.aiguafreda.cat