conflicto urbano

El Eixample y Gràcia piden a Colau que pare el recorte de terrazas

El ayuntamiento desoye al sector y acata la norma que le dejó Trias

Terraza de Gràcia afectada por el recorte.

Terraza de Gràcia afectada por el recorte. / periodico

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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La guerra de las terrazas de bares restaurantes se enciende día a día sin que el Ayuntamiento de Barcelona tenga intención de replantearse el tijeretazo que se está aplicando este verano en al menos 1.470 negocios que ya han recibido la notificación de ajustes, y otros cientos que lo harán en breve. Ayer fueron casi medio centenar de empresarios de una parte del Eixample derecho y de Gràcia los que celebraron una reunión urgente para afrontar colectivamente el conflicto, tras la del miércoles en la zona alta.

Los afectados acudieron al Gremi de Restauració de Barcelona para discutir sus opciones legales y canalizar una nueva tromba de recursos. En muchos de los casos son negocios arraigados en sus barrios y que pasan incluso de tener ocho o seis mesas a tan solo una. La medida que afecta a las distancias (desde el pasado 1 de enero) y la de ubicación (en el 2016) hacen inviables muchos veladores. Por un lado en los chaflanes han de separarse casi dos metros de pasos de peatones, también mantener entre 0,50 y un metro de distancia con la calzada y luego despejar la mitad del espacio, de paso. Pero además no podrán ocupar mayor ancho que el de la fachada del local, lo que condena a los bares con una puerta pequeña a una o dos mesas.

Los grandes ejes turísticos se quedan fuera del recorte de momento porque tendrán una normativa específica. No obstante, el malestar también les afecta. En la Diagonal siguen esperando saber si tendrán terrazas o no este verano, y en el Paral·lel hay inquietud ante la intención municipal de recortar parte de la oferta. Empresarios de este eje se reunieron también ayer con el gremio para tratar de revertir la medida.

Pero fuentes municipales indican que de momento no hay previstas negociaciones con el sector y que el ayuntamiento hará cumplir la normativa que legó Trias sin evaluar el alcance real que tendría su aplicación. Mejorar la movilidad peatonal es la ambición, pero el sector dice que la contundencia del recorte tendrá un alto impacto en pérdida de negocio, de mesas para los barceloneses y de puestos de trabajo. Muchos locales ya están recogiendo firmas entre sus clientes.