EIDY AYALA, MADRE DE UNO DE LOS FALLECIDOS Y PORTAVOZ DE LAS FAMILIAS

"Nos han juzgado como si fuéramos seres sin derechos"

Eidy Ayala, madre de uno de los fallecidos, afirma que hasta hace poco no podía hablar del accidente sin llorar

Esta madre coraje rompe su silencio y posa con una foto de su hijo fallecido.

Esta madre coraje rompe su silencio y posa con una foto de su hijo fallecido.

GEMMA TRAMULLAS / BARCELONA

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Trabaja en una empresa de reformas del hogar en Sabadell y es capaz de atender a un cliente en la oficina, hacer cuentas y hablar por teléfono, todo a la vez y con una sonrisa. De origen boliviano, llegó a Catalunya hace 21 años y es madre de cinco hijos. Jesús David, de 19 años, falleció en el accidente de Castelldefels-Platja.

«Mi hijo no fue arrollado -explica-. Gracias a Dios pude ver su cuerpo y con el tiempo eso me ha aliviado un poco. Él ya estaba arriba del andén cuando el tren [el Alaris de larga distancia] le enganchó por la mochila que llevaba a la espalda y se dio un tremendo golpe con el cristal que le abrió la cabeza».

Cuando estaban en el centro de atención a los familiares de las víctimas en Castelldefels, entre gritos y desmayos, Ayala empezó a pedir los teléfonos de todos: «No sé de dónde me salió la fuerza. Fue como si alguien me iluminara. Con todo el dolor de mi alma, pensé: 'Aquí tiene que haber justicia'. Fue ella quien posteriormente llamó a las familias y a través de la hermana de una de las víctimas contactaron con la abogada Libry Ahumada. He aquí por qué esta mujer es portavoz.

«Desde el primer momento no ha habido justicia hacia las víctimas -dice-. No nos han juzgado como personas, nos han juzgado como animales; peor, como si fuéramos seres sin derechos. Esas opiniones constantes de que los chicos eran los únicos culpables y poniéndonos como si no fuéramos personas civilizadas sino bárbaros... Aunque había heridos españoles, a ellos no se les nombraba nunca. Nos sentimos un poco despreciados y humillados por no ser de aquí, por ser inmigrantes».

Hasta hace poco no podía pronunciar dos palabras sobre el tema sin ponerse a llorar, pero ahora ya puede hablar. Sus palabras son sencillas pero contundentes: «Yo no sabré expresarme como una persona estudiada ni sabré de leyes, pero a todos esos políticos les diría que se resguarden, que se resguarden porque antes de hablar hay que pensar tres veces y ellos, que se supone que son tan estudiados, en su momento tenían que haber pensado y averiguar realmente lo que sucedió antes de echar toda la culpa a las víctimas».