LA IMPORTANCIA DEL MEDIOAMBIENTE

El riesgo de respirar

Actores y activistas escenifican el efecto de la contaminación en un grupo de personas sanas, que enferman o mueren a causa del aire

Un activista medioambiental simula haber fallecido mientras respiraba el aire contaminado de Barcelona.

Un activista medioambiental simula haber fallecido mientras respiraba el aire contaminado de Barcelona.

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El aire de Barcelona contiene, de forma recurrente, tres veces más partículas en suspensión inferiores a 10 micras (PM10) de las que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el límite de lo aceptable para la respiración humana, y una proporción de dióxido de nitrógeno (NO2) que es causa directa de problemas respiratorios y cardiacos. Esta noticia, y las formas de evitar las enfermedades y muertes atribuibles a tal contaminación -más de 3.500 fallecimientos prematuros cada año, en Barcelona, según una prospección del Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental (CREAL)-,

fueron difundidas a mediodía de ayer por un grupo de activistas de la Plataforma per la Qualitat de l'Aire (PQA), en una de las explanadas de la plaza de las Glòries.

Una docena de hombres y mujeres vestidos de negro, provistos de mástiles con largas banderolas negras que aireaban enérgicamente, representaban a otros tantos contaminantes ambientales. A unos metros de ellos, los supuestos vecinos de un barrio, representados por actores y activistas de la PQA, simulaban disfrutar de la compra en un mercado, un circuito en bici, la charla con una amiga o el paseo en carrito con un recién nacido. Todos quedaron hechos polvo al paso del torbellino de los de negro. Incluso hubo un supuesto muerto por paro cardiaco sobrevenido en el asfalto, mientras respiraba el cuestionable aire de la ciudad.

Este aspecto de la salud pública preocupa poco o nada a los políticos que siguen en campaña electoral, aseguró Pep Martí, médico experto en análisis medioambiental y miembro de la PQA. «El tránsito que soporta Barcelona es el principal responsable de la pésima calidad del aire que respiramos, pero no se está adoptando ninguna medida política para remediarlo», aseguró Martí. «La densidad de vehículos que circulan por kilómetro cuadrado en esta ciudad multiplica por tres a la de París o Roma -dijo Martí-. El 60% de esos coches tienen motor diésel, el más contaminante, pero nadie se atreve a establecer zonas de baja emisión, en las que esté restringido o prohibido el uso del transporte privado».En el distrito del Eixample y en el barrio de Gràcia debería quedar prohibido de inmediato el uso del vehículo privado, proponen los integrantes de la plataforma medioambiental. «Necesitamos políticas más radicales, nos estamos jugando la salud», insistió Pep Martí. El modelo a seguir en Catalunya, consideran, es el de las ciudades californianas -que en 15 años han dejado de tener un medioambiente tóxico-, Berlín o Londres. Un paso imprescindible en esa dirección, coincidieron los activistas, debe ser mejorar sustancialmente el transporte público de Barcelona.