«Encontré centenares de retratos de Sant Andreu»

En el desván del piso de su madre, Lourdes Pinyol encontró varios álbumes de su abuelo, Andreu Pinyol i Carrió (1891-1952), químico de profesión y fotógrafo aficionado. Su inusual encuadre es digno del mejor fotoperiodismo. Entre sus fotos destacan las de conventos e iglesias quemados en 1909 durante la Setmana Tràgica. También hay imágenes de la vida cotidiana en las calles de Sant Andreu de Palomar, del Rec Comtal, de los campos de cultivo que lo rodeaban y de masías cercanas. «Encontré centenares de retratos de los alrededores de Sant Andreu. Era su entorno. Vivía allí porque trabajaba en la fábrica italiana de sombreros Valera-Ricci, que tenía su sede en este antiguo municipio independiente que se anexionó a Barcelona en 1897», cuenta su nieta, ya jubilada como profesora de instituto.

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«Pertenezco al Centre d'Estudis Ignasi Iglesias, asociación que investiga y difunde la historia de Sant Andreu de Palomar. Por ello cuando descubrí las fotos, las digitalicé y las colgué en páginas dedicadas al ayer de Barcelona en el Facebook. Tuvieron mucho éxito. Muchas de ellas han aparecido en el libro L'Abans de Sant Andreu».

Andreu Pinyol pertenecía a la Agrupació Fotogràfica Saint-Victor, la más antigua de Catalunya. Se dedicaban al excursionismo fotográfico. Recorrían con sus cámaras pueblos y otras zonas de Barcelona, especialmente Ciutat Vella. El único problema es que algunas fotos son de tamaño pequeño ya que las revelaba el mismo a partir de placas al gelatino-bromuro y solo ampliaba las que presentaba a concursos o formaban parte de una exposición colectiva de su asociación.