evolución comercial en la capital catalana

Una ciudad de horarios XXL

18 HORAS DE TAPAS El MasqMenos de Rambla Catalunya, 46, a medianoche.

18 HORAS DE TAPAS El MasqMenos de Rambla Catalunya, 46, a medianoche.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Qué lejano aquello de llamar a la puerta del vecino para pedir un poco de sal para la cena. La sal (y casi todo) la despachan ahora en horario casi non stop 51 tiendas de Barcelona. Las llamadas «de conveniencia», que deben abrir un mínimo de 18 horas, pero suelen optar por las 24 completas, crecen en la ciudad. Pero no están solas. También es posible comerse un cruasán recién horneado, fotocopiar y hasta encuadernar un documento, pasar la revisión del coche, entrenar en el gimnasio o comprar pescado fresco, en plena madrugada. Aumentan los servicios en horario ininterrumpido, a la par que se dilatan los horarios de cocina de los restaurantes y los locales de pública concurrencia suman más de una licencia para poder servir desde un vermut hasta la última copa a las seis de la mañana.

Mientras Barcelona debate si abrir o no las tiendas en domingo, el sector de la alimentación y las necesidades de última hora y el de los servicios alargan sus tentáculos para captar a cualquier hora ese barcelonés que cada vez tiene unos horarios más anárquicos a la hora de la compra, el deporte o la gastronomía.

Obviamente, el fin de semana es la punta de hiperactividad para muchos negocios que se nutren de los noctámbulos. Un movimiento que  derivó en el 2007 en la implantación del horario nocturno de metro, que cada fin de semana circula sin interrupción 43 horas, ejerciendo de motor de otras actividades. Y el ciudadano lo aprovecha: 85.000 personas lo utilizan de medianoche del sábado a las 7.00 horas del domingo.

Revolución global

Esa parte de ciudad que no duerme, «viva y cosmopolita», vive la revolución de otras grandes urbes de todo el mundo en materia de hábitos de comercio,  ocio y restauración, con la guinda de un clima que propicia la actividad dilatada, apunta la concejala de Promoción Económica, Sònia Recasens. La edil matiza que lo esencial es encontrar un equilibrio entre esas oportunidades de negocio y puestos de trabajo -con plus de nocturnidad-, y el control imprescindible de la Administración para regular nuevos usos y hacer cumplir la norma sin excesos. La primera gran medida fue obligar a los colmados de Ciutat Vella y Gràcia, por ejemplo, a cerrar antes de las 23.00 horas, por cuestión de orden público y para evitar los picnics nocturnos en sus plazas.

Pero el conjunto de Barcelona se ilumina cada vez más con los comercios abiertos a deshoras. La oleada inmigrante propulsó hace ya años el fenómeno del badulaque o colmado de menos de 150 metros cuadrados regentado sobre todo por paquistanís, especializados en el horario hasta la madrugada. Se cuentan por cientos en la ciudad. Y se añaden las tiendas de conveniencia (debe ofrecer desde comida hasta regalos, libros y juguetes, en menos de 500 metros cuadradados), especialmente visibles en Ciutat Vella y el Eixample. Las Supercor (nueva enseña de El Corte Inglés) son ya 13 en la capital catalana, abiertas 18 horas seguidas (de 7.00 a 1.00, o de 8.00 a 2.00, normalmente). También los supers de Condis (con 24 horas en estaciones de servicio) se abren paso fuerte en el segmento que llaman Express y abre todos los días, hasta las once de la noche, en régimen de franquicia, con recientes sedes en el Eixample.

El estómago también es el motor de panaderías que nunca bajan la persiana, donde el grupo Macxipa suma ya tres, con la de Tuset, en plena zona de ocio, especialmente concurrida todos los fines de semana. Y aunque por ley no pueden abrir toda la noche, sí son muchos los bares y restaurantes que apuran horario, no solo hacia la madrugada, sino con cocina ininterrumpida para poder comer a cualquier hora. Así lo hace el más grande de Barcelona y recientemente inaugurado, el espectacular El Nacional (paseo de Gràcia, 24 bis) en marcha desde las 12.00 del mediodía hasta la una de la madrugada para cenar y hasta las tres para copear, el fin de semana.

CUESTIÓN DE APETITO / Captar al público desde el desayuno hasta la cena, pasando por la merienda y los cócteles es también el objetivo de la marca MasQMenos impulsada por el Grupo Cacheiro a partir de sus locales en Rambla Catalunya, 46 (de 8.00 a 1.00 sin parar) y Las Arenas, y que ahora se expande por la ciudad con la fórmula de franquicias, y tapas y platos de producto de proximidad, servidos con rapidez durante toda la jornada. A lo largo de la Rambla Catalunya nuevos locales (Bar Bas o Cachitos...) se suman a la cocina XXL sin franjas horarias tradicionales que arrasa en el centro, con un plus de calidad que es más difícil encontrar en la tradicional oferta maratoniana de la Rambla.

Quienes combinan licencia de restauración y discoteca, como en Marina Village, a pie de playa, abren sus locales a mediodía para un desayuno tardío o vermut, pero también se come, se cena a cualquier hora (hasta bien pasada la medianoche) y se baila hasta las seis de la mañana, como Carpe Diem (cocina ininterrumpida), Opium Mar y Shôko.

La opción de una compra sana de urgencia para cocinar en casa incluye ahora hasta la pescadería, con el dispensador complementario de 24 horas de la Peixeteria Ricard (València, 602) o incluso en la barra de pescado de Fishop, en el paseo de Gràcia, 53, hasta medianoche.

Pero si se trata de lo contrario, de perder peso, Anytime Fitness, la cadena especializada en 24 horas nacida en EEUU, cuenta ya con tres centros propios en Barcelona (Poblenou, Ciutadella y Pedralbes), y prepara nuevas aperturas, con precios medios de 45 euros y la tarjeta de socio que permite acceder a cualquier hora de la noche cuando, aunque no haya asistencia personal, las máquinas y los decibelios de fondo no se detienen.

A farmacias y las reparaciones a domicilio se les agregan otros servicios: la copistería Workcenter de Diagonal a todas horas -con agitadas noches durante el congreso de móviles- y el novísimo taller Camps (Santander, 27), donde reparar (si se tiene el recambio) o revisar el coche en plena noche.

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