EXPOSICIÓN 3 EFEMÉRIDE DE LOS ESTUDIOS BIBLIOTECARIOS

De 'las modernas' a la red

El Palau Robert alberga 'BiblioTec', una muestra que repasa los cien años transcurridos desde que Eugeni d'Ors fundó la escuela de estudios bibliotecarios.

Negro sobre blanco, la Sala Cotxeres del Palau Robert se ha convertido en un mundo de libros.

Negro sobre blanco, la Sala Cotxeres del Palau Robert se ha convertido en un mundo de libros.

EVA MELÚS / BARCELONA

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BiblioTec es una retrospectiva de los 100 años de existencia de los estudios bibliotecarios, desde la escuela fundada en 1915 por Eugeni d'Ors para ampliar las salidas profesionales de las mujeres que querían estudiar hasta la era de la información virtual. El Palau Robert aloja la muestra hasta el 10 de mayo. «Esperamos que lleguemos a formar un núcleo femenino verdaderamente selecto, una aristocracia de la inteligencia y de la conducta», dijo D'Ors en 1915. Es la cita más antigua del panel que recibe a los visitantes ante la puerta. Y resulta más llamativa si se tiene en cuenta que hasta 1974 ningún hombre fue admitido en aquella escuela.

Entre las imágenes de la muestra, la foto de un grupo de mujeres de aquella élite, conocidas como «las modernas de Barcelona», profesionales e independientes, muchas de ellas solteras. Y entre los textos, una frase de Teresa Rovira, hija del historiador y político Antoni Rovira i Virgili: «He sido tan feliz haciendo de bibliotecaria que me parece que no tiene ningún mérito». Ella fue una de las alumnas que asistió a la Escuela de Bibliotecarias durante la guerra civil, hasta la entrada de las tropas franquistas en Barcelona. Como evoca la exposición, la actividad académica se mantuvo hasta el final y las bibliotecarias hicieron llegar libros a los soldados en el bibliobús del Servei de Biblioteques del Front.

Entre el público que recorre la muestra, Josefina Piñol, de 86 años, se busca entre las promociones de finales de 1940. Ella se matriculó en Filosofía y Letras, y siguió los estudios de bibliotecaria en paralelo. Le encantaba, pero lo dejó cuando se casó. «Entonces la vida era así», dice.

En las pantallas de una mesa digital se pueden ver y escuchar los testimonios de bibliotecarios de todos los tiempos, junto a curiosidades como un módem acústico que conectaba la biblioteca con la red de datos en 1983, las microfichas o el paso de gigante que representó el papel continuo de las impresoras para imprimir fichas. Como recuerda otra cita de Neil Gaiman: «Google puede darte 10.000 respuestas. Un bibliotecario puede darte la correcta».