El mayor archivo de la Barcelona obrera exige un local digno

CARTELES 3 Pese al robo que sufrió hace pocos años, el AEP aún conserva numerosos carteles originales.

CARTELES 3 Pese al robo que sufrió hace pocos años, el AEP aún conserva numerosos carteles originales.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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El Ateneu Enciclopèdic Popular quiere regresar al Raval, barrio del que fue expulsado a punta de pistola por las tropas franquistas el 26 de enero de 1939. Hoy se cumplen 76 años. De ahí la fecha elegida para iniciar la campaña, que busca que el Ayuntamiento de Barcelona cumpla con el compromiso adquirido en el 2009, cuando se comprometió a reparar el expolio ejecutado por el franquismo y a ceder a la entidad un local que cubriera sus necesidades. Más de 12.000 diarios y 25.000 libros no se guardan en cualquier rincón, y uno de los más importantes archivos del movimiento obrero de Barcelona abultan.

El eslogan de la campaña no puede ser más explícito: 1939-1977 papeles quemados; 1977-2014, papel mojado. El franquismo quemó gran parte de su valiosísimo archivo -que conserva, entre muchísimas otras joyas, decenas de ejemplares de la biblioteca de Ferrer i Guardia con la que fundó la Escola Moderna- en una hoguera en la Rambla, a un paso de su local original, en la calle del Carme, y las cuatro décadas de democracia no han sido suficientes para reparar el daño causado a una entidad que cuenta entre su fichero histórico de socios con nombres como el del poeta Joan Salvat-Papasseit, el de Joan Amades -padre del Costumari Català- y el de Salvador SeguíEl noi del Sucre.

Entre las últimas voluntades

Pasaron dos años desde el compromiso firmado en el 2009 sin que el consistorio moviera ficha, hasta que en mayo del 2011, el entonces alcalde (le quedaban semanas) Jordi Hereu y los representantes del Ateneu firmaron un protocolo para la cesión de un espacio en Ciutat Vella -actualmente se encuentran en precario en un piso en el paseo de Sant Joan- en un plazo máximo de dos años. Acuerdo que tampoco se cumplió. Al ser preguntado en la última Comisión de Cultura, el concejal del área, Jaume Ciurana, respondió que el municipio «ha intentado dar salida a la necesidad del espacio». «Buscan un local de 1.000 metros cuadrados en Ciutat Vella y no es fácil, pero forma parte del plan de locales con prioridad uno», concluyó el concejal.

En ese contexto, empieza la campaña de un Ateneu reforzado por nuevas generaciones, savia nueva que han trasladado la reivindicación a la red -en Laveudelateneu.org- y a las redes sociales, donde están dando a conocer la historia de un ateneo, pese a su historia y el valor de su archivo, aún desconocido por muchos en la ciudad. No tuvieron suerte de entrar en la ola de la recuperación de la memoria histórica vivida en época del tripartito.

Pese a su destartalada sede sobre la majestuosa Biblioteca Arús, el Ateneu tiene convenios en vigor con varias universidades por el gran valor documental de sus archivos. Conservan entre otras colecciones el archivo del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL), grupo anarquista armado al que pertenecía Salvador Puig Antich, ejecutado en 1974.

Estrenada su sede histórica en 1906, el AEP nació cuatro años antes, en 1902, gracias a dos obreros, Eladi Gardó Josep Tubau, y al estudiante Francesc Layret, en casa de este. En 1906 inauguraron local en el corazón del Raval, donde llevaron a cabo su ingente actividad formativa en el colectivo obrero, que llegó a tener 25.000 socios, hasta la entrada del ejército franquista en la ciudad. «El Ateneu fue el primer edificio no institucional que ocuparon las tropas comandadas por el general Yagüe cuando entraron en Barcelona», expone Manel Aisa, una de las personas que se ha encargado de mantener vivo de velar por ese valioso material tras el largo y gris periodo fascista renació en 1977 para rescatar la memoria del Ateneu y del movimiento obrero a partir de un reducido número de personas.

El proyecto -además del archivo el ateneo organiza conferencias de prestado en otros espacios, dada la imposibilidad de hacerlo en el actual y edita publicaciones- renació en la calle de Montalegre, 5, en un local municipal, hasta que la construcción del CCCB les expulsó definitivamente de Ciutat Vella al piso en el que se encuentran en la actualidad, también público.