Los socialistas y la Guardia Urbana desacreditan la tesis de la maceta

Varios jóvenes, en la casa ocupada donde se celebraba la fiesta que motivó la intervención policial, el 4 de febrero del 2006.

Varios jóvenes, en la casa ocupada donde se celebraba la fiesta que motivó la intervención policial, el 4 de febrero del 2006. / periodico

MAYKA NAVARRO / J. G. ALBALAT / BARCELONA

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Cuatro días después de que el documental 'Ciutat morta' sacudiera a la opinión pública sembrando dudas sobre la versión oficial de los lamentables hechos que en la madrugada del 4 de febrero del 2006 dejaron gravemente lesionado a un agente municipal, la Guardia Urbana y los socialistas catalanes, que entonces mandaban en el ayuntamiento, dieron un paso al frente para desmontar la hipótesis de que el policía fue herido con una maceta y para rechazar que el 4-F fuera una conspiración. El gerente de la Guardia Urbana, Joan Delort, negó que exista ningún informe que hablara de una maceta. «Y nadie lo ha destruido, porque nunca existió». ¿Entonces, por qué el exalcalde Joan Clos aseguró ocho horas después de los altercados que el policía había resultado herido con una maceta? «Se lo dije yo», reveló a este diario el actual senador socialista Carles Martí, entonces regidor de Ciutat Vella.

CLAVE PARA LA DEFENSA

Una tercera voz se sumó a la desacreditación de la tesis de la maceta, el que fuera jefe de información de la Guardia Urbana, el intendente Víctor Gibanel, quien leyó un comunicado en Gavà, donde ahora ejerce de responsable de la policía local, asegurando que «nunca» redactó ningún informe vinculado con el 4-F  y que nunca habló con el alcade Clos de ese tema, desmintiendo a quienes le señalan como el origen de la teoría. Gibanel logró que un juez censurara cinco minutos de 'Ciutat morta', alegando que se atentaba contra su honor.

La hipótesis de la maceta es clave en la estrategia de los abogados de la defensa de los condenados por los altercados del 4-F. Estos letrados siempre han sostenido que sus clientes fueron detenidos de forma arbitraria y que el verdadero autor de la agresión contra el guardia urbano se encontraba dentro del edificio de la calle de Sant Pere Més Baix y no en el exterior de la casa. De ahí que estos abogados estén en contacto con un testigo que les asegura que conoce a la persona que esa madrugada lanzó la maceta y que hasta ahora no habría confesado por miedo.

«Es urgente que, si existe esa persona que dice saber quién arrojó una maceta, acuda a la fiscalía y lo cuente. Porque es necesario empezar a eliminar las dudas que se han sembrado», dijo Delort.

El actual gerente de la Guardia Urbana contó que los servicios jurídicos del ayuntamiento iniciaron el lunes una «rigurosa investigación» sobre todos los pasos que se dieron. «Se están revisando informes y expedientes, e interrogando a mandos. Queremos analizar todo lo que se hizo», comentó. Y aseguró que «lo que ya puedo adelantar es que ni existe ni existió ningún informe que avalara que el guardia Juan José Salas fuera herido con una maceta». Entre los papeles que han aparecido ahora hay una nota de los cinco sindicatos de la Guardia Urbana dirigida a  Clos: «Mejore su sistema de información para evitar en lo sucesivo mentir al ciudadano ya que [Salas] no fue herido por la caída de ninguna maceta, tal y como usted informó».

PAPELES DE SALAMANCA

Carles Martí explicó que aquel 4 de febrero del 2006, sábado, el alcalde Clos inauguraba una exposición sobre los papeles de Salamanca en el palacio Macaya de Ciutat Vella. «Varios periodistas preguntaron al alcalde sobre los altercados de Sant Pere Més Baix», recordó Martí. «Le pedí a uno  de los técnicos que nos acompañaban que mirara qué había pasado. Me dijo que habían herido a un guardia con una maceta. Le trasladé la información al alcalde y este lo contó a los periodistas». ¿Quién exactamente se lo dijo a Martí? «No lo recuerdo. Cualquiera de los que nos acompañaban», añadió.

Martí restó «trascendendia y relevancia» al hecho de que el alcalde se refiriera a una maceta en sus primeras declaraciones: «En todos los sucesos hay unas primeras horas de confusión hasta que los hechos se aclaran». Delort fue un poco más allá y aseguró que el que fuera alcalde de Barcelona «se precipitó» al hablar de la maceta. «Entre otras cosas porque cuando Clos habló con los periodistas ya existía un primer atestado de la Guardia Urbana, redactado solo tres horas después de los altercados, que se refería a una piedra de entre ocho y cinco centímetroso que fue arrojada contra el guardia urbano, a una distancia de unos cinco metros».

Delort y Martí coincidieron en negar cualquier conspiración policial y judicial para condenar a los nueve detenidos por los hechos del 4-F. «Estoy dispuesto a hacer todas las autocríticas que sean necesarias, pero en ese caso actuamos con la coherencia que siempre».