BCN se desliga de las pensiones dadas a dos agentes condenados

El Ayuntamiento de Barcelona se desvinculó ayer de la concesión de sendas pensiones vitalicias por incapacidad a los guardias urbanos Víctor Bayona y Bakari Samyang, de 34 y 38 años, actualmente en prisión para cumplir una condena de dos años y dos meses por torturas infringidas al ciudadano de Trinitat i Tobago Yuri Jardine. Uno de estos dos agentes, Samyang, fue clave en la identificación y detención de Patricia Heras, condenada por los sucesos del 4 de febrero del 2006 y que se suicidó cinco años después durante un permiso penitenciario. Un portavoz municipal aseguró a este diario que los dos policías «gestionaron la incapacidad mientras ya estaba suspendidos de empleo y sueldo».

Tras el juicio por torturas, los dos guardias urbanos se presentaron en el Institut Català d'Avaluacions Mèdiques con sendos informes elaborados por un psiquiatra forense que acreditaban que los dos policías estaban «incapacitados» para seguir ejerciendo funciones policiales. El tribunal médico dio por buenos los informes y trasladó los expedientes al Instituto Nacional de la Seguridad Social, que desde entonces asume el pago de la prestación, que equivale a la totalidad del sueldo que recibían los dos agentes antes de ser suspendidos por la sentencia de la Audiencia de Barcelona.

«Nosotros somos ajenos a todo ese proceso. Un día recibimos el informe de la Seguridad Social informando de que empezaban a cobrar la prestación por incapacidad y les dimos de baja. Nada más».

Durante el juicio por torturas ninguno de los dos guardias urbanos alegó padecer ningún tipo de trastorno psiquiátrico ni depresión. De hecho, como se destaca en el documental Ciutat morta, Samyang llegó a contar que contaba con la confianza de sus superiores hasta el punto de que se encargaba de formar a los agentes que entraban en su unidad. Esta semana el diputado de la CUP Quim Arrufat anunció que su formación ha iniciado los trámites para conseguir que la Seguridad Social les retire a estos dos guardias urbanos las pensiones vitalicias.