Trias saca del cajón el plan de Hereu para la Modelo

La cárcel Modelo, en la Esquerra del Eixample.

La cárcel Modelo, en la Esquerra del Eixample.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Casi 13.000 cartas -es destacable lo de cartas, que no firmas- exponían hace poco más de una década, en marzo del 2004, al entonces alcalde Joan Clos y al flamante president Pasqual Maragall las necesidades de los vecinos de la Esquerra del Eixample. Los firmantes de esas misivas hablaban de una guardería, una escuela de primaria de dos líneas, una residencia para personas mayores con centro de día y un polideportivo, equipamientos que soñaban en los terrenos de la cárcel Modelo, espacio que llevan reclamando para el barrio desde 1976.

Diez años más tarde de aquellas cartas, los equipamientos siguen pendientes y los vecinos, aprovechando que el ayuntamiento y la Generalitat han vuelto a poner sobre la mesa un calendario -el enésimo- para el traslado de la vieja cárcel, vuelven a alzar la voz.

En el 2009, tras varias asambleas, la asociación de vecinos pactó con el alcalde -en aquel momento, Jordi Hereu- un ambicioso proyecto para el espacio. Un trabajo que lleva un lustro en el cajón y en el que se recogían los citados equipamientos, más otra vieja reivindicación: un espacio conmemorativo en uno de los brazos de la prisión para el que ya tenían nombre: Salvador Puig Antich. «Queremos una reunión lo antes posible con el concejal del distrito para empezar a trabajar sobre el proyecto ya pactado», apunta Lluís Rabell, presidente de la asociación de vecinos del barrio y de la FAVB.

Pese a que tienen serias dudas de que el nuevo calendario anunciado se cumpla, quieren aprovechar que el asunto vuelve a estar sobre la mesa para que el actual consistorio se comprometa a construir los servicios públicos pactados con el anterior, en el barrio con mayor déficit de equipamientos del distrito, según denuncian. «No queremos que todo se quede en la foto de los primeros derribos antes de las elecciones», prosigue el activista vecinal.

PROCESO PARTICIPATIVO

Fuentes municipales aseguran que en breve se iniciará un proceso participativo con el compromiso de tomar como punto de partida los resultados del llevado a cabo en el 2009. «El cierre de la Modelo supondrá una gran oportunidad para el desarrollo del espacio más importante que queda en el distrito por intervenir», prosiguen las mismas fuentes, que añaden que «con la complicidad del tejido vecinal y social» podrán lograr un plan «ambicioso, realista y que dé respuesta a las necesidades ciudadanas».

Sobre el papel, el punto de partida es coincidente. Vecinos y ayuntamiento quieren ponerse a trabajar ya sobre la esperada reconversión, y ambos quieren hacerlo partiendo de lo pactado. «La discusión vendrá cuando el ayuntamiento plantee renuncias. Aprovechar el trabajo hecho hasta ahora está bien, pero ahora hay que ver hacia dónde vamos», plantea Rabell. Lo de hacer un plan «realista» genera suspicacias.

Habla sobre lo pactado Trini Capdevila, que fue 20 años presidenta de la asociación de vecinos. «Se conservaba el panóptico -petición irrenunciable- y cinco de los seis brazos para convertirlos en equipamientos; y con el que se derribaba se ganaba una zona verde de 12.000 metros cuadrados», detalla Capdevila, ahora consejera en el distrito por Unitat per Barcelona (marca con la que concurrió ERC a los últimos comicios).

EL TEMOR VECINAL

Los 30.000 metros cuadrados edificables en los 5.000 metros cuadrados de solar de la calle de Nicaragua por el que el municipio ha pagado 15 millones de euros -que ha restado de la deuda millonaria de la Generalitat- son lo que más inquieta al vecindario. Es un terreno que quedó fuera de la negociación del 2009, ya que se lo reservaba la Generalitat. Aunque ahora esta lo ha vendido al municipio para sanear sus cuentas. Son terrenos donde se pueden levantar oficinas y hoteles. «No vamos a permitir que empiecen por esa zona, construyan la pastilla que reservan para sacar dinero y se olviden del resto», advierte Rabell.

El líder vecinal concluye que la prisa por recuperar la Modelo no es solo para ganar los equipamientos -que también-, sino también porque no es de recibo la situación en la que todavía viven los presos, en una cárcel de hace un siglo en condiciones manifiestamente mejorables.