RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA

La vida en Los Cañones

Una nueva sede del museo de historia de la ciudad en el Turó de la Rovira acogerá la exposición permanente 'Barcelona al límite' El centro documentará el barraquismo en la capital catalana

Arqueología del siglo XX 8 Restos de las barracas del Carmel conservados en el Turó de la Rovira, donde se abrirá una sede el MUHBA.

Arqueología del siglo XX 8 Restos de las barracas del Carmel conservados en el Turó de la Rovira, donde se abrirá una sede el MUHBA.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Pese al tradicional nulo interés de la Administración, el rastro de los barrios de barracas que se quieren reivindicar con las placas que empezarán a instalarse el próximo martes en la playa del Somorrostro no ha desaparecido por completo. En el geográficamente privilegiado Turó de la Rovira -el único lugar de la ciudad que ofrece una vista panorámica de 360 grados de Barcelona-, quedan restos del que fuera el barrio de Los Cañones, una de las barriadas de barracas del Carmel, el último gran núcleo de chabolas de la ciudad, desaparecido en 1990, con los Juegos Olímpicos pisando los talones a las excavadoras. Ese rastro, en forma de bonitos mosaicos e higueras, será una de las joyas de una nueva sede del Museu d'Història de Barcelona (MUHBA) que abrirá "entre finales de invierno y principios de primavera", según el director de la institución, Joan Roca, en el Turó de la Rovira.

El museo pretende saldar la asignatura pendiente de la ciudad con los miles de personas que vivieron en esos barrios y que ayudaron a construir la ciudad. Roca destaca que la sede del MUHBA no es una seta en medio del Turó sino que forma parte de un proyecto integral, de dignificación de la balconada de la ciudad, que incluye también la urbanización y mejora de los accesos al Turó. "Además de visitas guiadas, se ofrecerá también una aplicación para móviles que explicará a los visitantes qué es todo lo que se ve desde la cima", prosigue Roca, quien explica orgulloso que la exposición permanente que podrá verse en el museo, dentro de las baterías antiaéreas, explicará la Barcelona al límite (así la han bautizado).

"En este espacio se entiende todo el siglo XX, no solo de Barcelona. La batería antiaéra y su gran poder disuasorio durante la guerra civil y la dureza de la posguerra, con el nacimiento de las barracas», relata Roca, quien destaca que Los Cañones fue un barrio «muy bien organizado". El director del centro incide en que los barraquistas eran trabajadores recién llegados a la ciudad a los que no les quedó otro remedio que vivir en chabolas porque Barcelona no disponía de viviendas, y subraya su compromiso en la dignificación del espacio y su lucha por lograr los servicios básicos. "Llegaron a conseguir una escuela de adultos, que se abrió dentro de lo que fueron las baterías", explica el historiador.

Las primeras actuaciones

Con la inauguración en primavera del espacio museístico en el interior de las baterías y del recorrido arqueológico se culminará una actuación iniciada hace ya algunos años. La excavación arqueológica y la restauración de las estructuras constructivas conservadas en el Turó de la Rovira permitieron ya en el 2011 recuperar un espacio patrimonial único en la ciudad, que ahora, además de verse, podrá entenderse gracias a la museización. En el año 2012 esta actuación fue galardonada ex aequo con el Premio Europeo del Espacio Público Urbano otorgado a los arquitectos Imma Jansana y Jordi Romero.

El espacio ha vivido en estos tres años, desde el inicio de su recuperación, un importante aumento de visitas. El redescubrimiento del espacio -tanto por autóctonos como, sobre todo, por turistas- se ha beneficiado también del cierre del parque Güell. Muchos turistas han cambiado el masificado vergel de Gaudí -para acceder al cual ahora hay que pasar por taquilla y pagar ocho euros- por el espectacular mirador, todavía gratuito.