WIFI MUNICIPAL EN BARCELONA
Que pague el turista
La oferta 'premium' para visitantes ayudará a mantener el servicio público gratuito de acceso a internet de menos velocidad
Barcelona va a ensayar desde hoy con su red wifi un modelo de negocio innovador: una misma red sirve para dar conexión gratuita a sus ciudadanos y un servicio premium destinado principalmente a turistas con el que se paga el mantenimiento del primero. Es decir, la internet gratis del ciudadano de a pie a 256 kbps (mucho menos del 1Gb que ofrecen como base las operadoras de telefonía o de ADSL) subvencionada por la internet de pago a 2 Mbps para quien quiera más velocidad.
Abertis gestiona el servicio gratuito pero la operadora de infraestructura de telecomunicaciones ha subcontratado el premium a otra empresa: Eurona, que compró hace un año la compañía barcelonesa Kubi Wireless, que comenzó a dar a servicio de internet en el 2003.
Eurona se dirige sobre todo a los turistas que visitan Barcelona y que ahora son sus mejores clientes en hoteles, aeropuerto, la Fira, la Bolsa, restaurantes y centros comerciales. «Tenemos siete millones de turistas como clientes al año. Queremos ofrecer paquetes 360, que cubran el servicio desde el aeropuerto al hotel y por la ciudad», explica Jaume Sanpera, presidente de Eurona.
Los precios serán también para turistas: una hora de conexión a internet por 3 euros, un día por 6 euros, tres días por 10 euros, una semana por 15 euros. Tarifas semejantes a los de redes privadas de otras ciudades europeas como Londres o Berlín, pero seguramente poco interesantes para un residente local, que puede contratar una tarifa móvil a partir de 10 euros al mes. La misma Eurona ofrece servicio de internet premium con el Ayuntamiento de Zaragoza, el Wizi, a 3 euros al mes para residentes y a 5 euros al mes para visitantes. Allí no hay acceso gratuito.
Restringido por ley
La estrategia del Ayuntamiento de Barcelona se apoya en un problema legislativo: por imposición de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, los ayuntamientos no pueden competir con las operadoras y no pueden ofrecer servicio gratuito a más de 256 kbps. Tampoco pueden subvencionar el servicio, de lo que les acusaban grandes empresas como Telefónica, Vodafone u Orange, agrupadas en la asociación Redtel, que se constituyó en el lobi de los intereses del sector. El tema fue muy sensible en su momento para Telefónica, que tenía un plan para dar servicio wifi a equipamientos públicos y privados. La operadora, sin embargo, se fue retirando de este mercado por cuestiones de negocio, lo que abrió el camino a otras compañías.
Tras el boom de hace una década, las redes municipales han perdido fuelle, además, a partir del caso de la empresa Gowex, en concurso de acreedores tras destaparse que falseó sus cuentas. Daba servicio a 18 ciudades, entre ellas Girona, y centros comerciales que ahora buscan nuevo proveedor.
«El modelo de negocio de las redes wifi municipales gratuitas está en cuestión porque se sostenía sobre publicidad geolocalizada, que se enviaba en un momento concreto a alguien que estaba cerca del producto que se publicitaba. Esto ahora no funciona», explican fuentes del sector. «La red wifi municipal también permite dar cobertura a servicios municipales poco estratégicos, por eso se amortizará pronto», añaden.
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